Por un lado, sabemos que las mujeres tienen 20% menos posibilidad de ocupar un puesto directivo en la industria de las comunicaciones móviles, un sector fuertemente relacionado con carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, en inglés). Por el otro, también sabemos que los hombres son tres veces más propensos que las mujeres a estar interesados en esas carreras. ¿Cómo entonces promover la incursión de las mujeres en el campo científico-tecnológico desde niñas y de qué prácticas podemos aprender?
En el Día internacional de la niña, te cuento cómo podemos aumentar el número de las niñas en las ciencias y la tecnología.
El poder de los modelos a seguir
De acuerdo a un estudio de Microsoft que evaluó a 11.500 niñas de toda Europa, aquellas con modelos femeninos cuya labor se desarrolla en el campo científico-tecnológico muestran un índice de interés en materias STEM que casi duplica al de las que no conocen ejemplos de mujeres que trabajen en este sector (41 vs. 26%). Sin embargo, dos terceras partes de las niñas entrevistadas no identifican a ninguna mujer que destaque en esas actividades.
Hay chicas que logran identificar modelos de liderazgo gracias a la conectividad. Tomisin Ogunnubi, la joven codificadora nigeriana que creó una aplicación para ayudar en la localización de niños perdidos, dice seguir a Michelle Obama y Oprah Winfrey. “Este tipo de mujeres han logrado ser exitosas a pesar de los prejuicios de género y raza; verlas actuar me hace creer que no importa cómo el mundo me haga sentir o cómo la gente me trate, sino que yo puedo hacer lo que le diga a mi mente que haga”, expresó Tomisin.
Los modelos a seguir también se fomentan en el hogar donde las niñas crecen. Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) encuentra que no hay diferencia en el desempeño en matemáticas entre niños y niñas cuyas madres cuentan con educación universitaria, independientemente de si la madre estudió una carrera STEM. Esto sugiere que el ambiente y el modelo a seguir en casa es un determinante importante a la hora de romper o mantener la brecha de género en matemáticas. No sorprendería que suceda lo mismo en áreas relacionadas.
Conectividad y acceso
La incursión en ciencia y tecnología de mujeres y niñas está vinculada con el acceso y conectividad a la web en condiciones iguales y seguras. Pero de acuerdo a un estudio de la OCDE, existen alrededor de 250 millones de mujeres con menos acceso a internet en comparación a los hombres. Por tanto, las agendas digitales que deseen impulsar al internet como un instrumento de empoderamiento de las niñas y mujeres deben partir de una base diferenciada en el acceso.
Adicionalmente, es necesario reconocer que los riesgos asociados al internet que enfrentan las niñas y mujeres difieren ampliamente de aquellos de los hombres, sobre todo en aspectos relacionados al abuso sexual y la violencia de género. De acuerdo a UNESCO, 73% de las mujeres ya han enfrentado algún tipo de violencia ‘digital’, 9 millones de ellas en la Unión Europea no superaban los 15 años. Organizaciones como Fundación Karisma, en Colombia, se dedican a promover los derechos humanos en un mundo digital, incluyendo el uso de internet como un espacio libre de amenazas para las mujeres, donde puedan innovar, expresar opiniones, administrar negocios y participar en la sociedad en iguales condiciones que los hombres.
Extender las buenas prácticas
Afortunadamente cada vez es mayor el abanico de iniciativas para fomentar oportunidades y ambientes propicios que potencien la revolución digital entre niñas y mujeres. Organismos internacionales como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU por sus siglas en inglés) junto con United Nations EQUALS campaign promueven el empoderamiento de las niñas y mujeres jóvenes y las alienta a contemplar una vida profesional en el campo creciente de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). A nivel local, organizaciones como Girls Who Code trabajan para cerrar la brecha de género en tecnología a través de programas de habilidades de codificación para niñas.
Paralelamente, libros como Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes, Ticas sin Miedo y Hola Ruby ponen en el centro de la imaginación de las niñas el poder de la ciencia y la tecnología a través de historias inspiracionales de mujeres extraordinarias.
Entonces, si el interés de las niñas por la ciencia y la tecnología se duplica cuando tienen referentes femeninos, celebremos y multipliquemos esos ejemplos, con base en un acceso digital igualitario. Por estos días, recibimos grandes noticias en este sentido: por primera vez en la historia, el premio Nobel en Física y Química fue otorgado a dos mujeres en un mismo año. Donna Strickland, Premio Nobel de Física 2018, es la primera mujer en ganar el prestigioso reconocimiento desde 1963 y la tercera en recibirlo en la historia. Frances Arnold, galardonada el Premio Nobel en Química 2018 junto a un norteamericano y un británico, se convirtió en la primera mujer en ganar el “nobel” de la tecnología en 2016. ¿Podremos esperar más noticias así en los próximos años?
Cristina Pombo es asesora de economía digital en la Gerencia del Sector Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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