Por Louise Van Rhyn: Emprendedora social e impulsora de Partners for Possibility
Para situarnos en contexto… ¿Cuál es la situación de la educación en Sudáfrica?
En un artículo de 2017 sobre la calidad de la educación pública en Sudáfrica, la revista Economist publicó que, “tenía el peor sistema educativo del mundo”. Asimismo, un documento de trabajo del FMI: “Luchando por lograr la calificación: una revisión de las causas y las consecuencias de los débiles resultados del sistema educativo de SA”, publicado en marzo de 2019, corrobora este aspecto concluyendo que, “Sudáfrica tiene el sistema educativo más ineficiente del mundo”.
Estos informes no son muy esperanzadores…
Por otra parte, el último estudio de Progress in Reading Literacy, de finales de 2017, confirma que el sistema educativo de Sudáfrica se caracteriza por índices muy bajos en lectura. El estudio reveló que el 78% de los escolares sudafricanos no entienden lo que leen y, solo el 2%, alcanza los estándares de referencia internacional sobre capacidad lectora. El hecho de que tantos niños sudafricanos no dominen la lectura en sus años escolares tiene consecuencias de largo alcance para su futuro y para el país. Estos déficits provocan un considerable retraso, y tienen una consecuencia directa en que casi la mitad de los estudiantes sudafricanos abandonen la escuela sin obtener ninguna calificación escolar.
Esos malos resultados, ¿tienen que ver únicamente con la lectura, o también se constatan en otras asignaturas?
También tienen un desempeño muy pobre en matemáticas y ciencias. En el último estudio internacional sobre tendencias en matemáticas y ciencias publicado en 2016, los estudiantes sudafricanos obtuvieron la penúltima posición entre 48 países, y el último en ciencia. El Ministro de Educación de Sudáfrica ha reconocido que el 80% de las escuelas públicas del país, que atienden a más de 12 millones de estudiantes, tienen un bajo rendimiento.
¿Cómo afecta todo ello al mercado laboral?
Una alta proporción de los actuales estudiantes sudafricanos seguramente engrosarán las listas de desempleados o aceptarán trabajos mal pagados. Los resultados de baja calidad que caracterizan el sistema educativo es una de las razones clave por la cual, 25 años después de la democracia, el desempleo juvenil es de casi el 60%. Un informe de 2018 del Centro de Análisis de Riesgos observó que “el deficiente sistema educativo de Sudáfrica es el mayor obstáculo para el avance socioeconómico”. Esta realidad replica, en lugar de revertir, los patrones de desempleo, pobreza y desigualdad, y niega a la mayoría de los jóvenes la oportunidad de una vida de clase media.
¿Cuál es su diagnóstico de la situación?
La deficiencia del sistema educativo está muy relacionada con que la mayoría de los directores de escuelas no cumplen con la demanda de liderazgo que requiere su función. Décadas de investigación han demostrado que su liderazgo tiene una poderosa influencia en los resultados educativos. Algunos investigadores, como Kenneth Leithwood, profesor emérito de la Universidad de Toronto, afirman que el papel de los directores de las escuelas solo lo supera, en cuanto a influencia en el aprendizaje, la enseñanza en el aula. La mayoría de los directores sud africanos se enfrentan a una infraestructura escolar deficiente, con maestros de baja cualificación y desmotivados, que además deben atender en muchos casos a niños que a menudo están hambrientos y enfermos, no tienen la ropa adecuada y carecen del apoyo de los padres.
Los padres de algunos de sus alumnos no han tenido la posibilidad de acceder al sistema educativo ¿Cómo pueden incidir positivamente en la educación de sus hijos?
Es cierto, en muchos casos los padres de los alumnos actuales no accedieron a la educación. Es por ello que trabajamos para que se involucren y que puedan convertirse en “socios” de la educación de sus hijos, y les ayudamos a que comprendan que deben jugar un papel relevante en su formación.
¿Qué soluciones aporta el proyecto “Partners for possibility?
Es un proyecto basado en un proceso de desarrollo de liderazgo y de apoyo a los responsables de los centros escolares. Nos asociamos con directores de escuelas y líderes empresariales para establecer una relación de reciprocidad, orientada a la coacción y coaprendizaje. Conjuntamente desarrollamos un programa de un año de duración, cuyo objetivo es fortalecer la capacidad de las escuelas con pocos recursos.
¿Cuál fue el motor que inspiró el proyecto?
Entender la necesidad de que los directores de las escuelas deben desarrollarse y tener claro que había que poner en marcha acciones para ayudarles a hacerlo, considerando además, que en Sudáfrica tenemos recursos infrautilizados que debemos aprovechar.
¿Cómo se puede ser un buen director en una escuela que cuenta con pocos recursos?
Inicialmente es muy importante que estos directores puedan hacer frente a la complejidad de la realidad a la que se enfrentan y que sean capaces de gestionar y saber priorizar cuidadosamente los recursos limitados de los que disponen.
¿Con qué adversidades se ha encontrado durante la implementación de este proyecto?
Como es habitual en este tipo de proyectos, la principal dificultad ha sido la obtención de fondos para su desarrollo, así como la implementación de un enfoque que resulta innovador y poco convencional.
Su programa está transformado radicalmente el sector educativo. ¿Cómo lo ha conseguido?
Pensamos que en un sistema social complejo como la educación, es importante identificar los aspectos clave para empezar a promover cambios y luego desarrollar un plan orientado a incidir en las unidades que intervienen en la educación. La principal unidad del cambio es la escuela y el papel de sus directores tiene un gran impacto en lo que sucede en ella. Al haber promovido la capacidad de liderazgo de los responsables de más de mil escuelas, estamos consiguiendo de manera lenta, pero efectiva, mejorar significativamente la educación en Sudáfrica
Usted dice que materializa el sueño de Nelson Mandela. ¿Qué prácticas reales ejecuta para que pueda hacerse realidad?
Estamos facilitando asociaciones intersectoriales, para que adultos desde distintas posiciones trabajen conjuntamente con los responsables educativos para mejorar la educación. Eso es exactamente lo que Nelson Mandela perseguía.
En su página web apunta que existe una correlación directa entre el buen liderazgo de los profesores y los resultados educativos de los alumnos. ¿Cómo se logra ser un buen líder educativo?
Los directores deben asegurarse de que sus escuelas sean “organizaciones saludables”, donde todos los docentes puedan desarrollar su trabajo de la mejor manera posible. Estamos convencidos de que este es el ecosistema necesario para garantizar que tanto los maestros, como sus alumnos, puedan prosperar.
¿Cuál es el principal objetivo de la educación en su país: que los niños puedan acceder a la escuela o que obtengan una buena calidad educativa?
Nuestro objetivo va más allá de garantizar el acceso a las escuelas. Queremos promover la calidad de la educación, para que los estudiantes puedan adquirir los conocimientos y las habilidades necesarias, que les conviertan en ciudadanos productivos en el futuro.
¿Cómo afronta su proyecto la tremenda huella del apartheid que aún existe en Sudáfrica?
El proyecto está diseñado para abordar la desigualdad, que es el resultado de las prácticas del apartheid en Sudáfrica. En este sentido, trabajamos para restaurar la normalidad e ir curando las heridas del pasado.
¿Y cómo podemos ayudar desde otros países?
Es fundamental que los líderes educativos de todo el mundo conozcan la realidad a la que nos enfrentamos y que se puedan movilizar personas para apoyar nuestro trabajo en Sudáfrica
Finalmente… De todo lo que ha vivido con el proyecto, ¿qué es lo que te ha hecho más feliz?
Constatar que los cambios son posibles cuando somos capaces de empoderar y apoyar en su tarea diaria a los responsables de las escuelas.
Fuente: Tiching.com