Pese a que el número de dispositivos ha crecido, la conectividad y la introducción de móviles en centros educativos son aún retos a afrontar
El nivel de penetración de la telefonía móvil en América Latina es alto pero la conectividad aún no es la mejor. Cada país tiene una situación y un desarrollo tecnológico concretos. Por tanto, generalizar implica uniformizar y arriesgarse a crear confusiones. Según informaciones de 2015 procedentes de la UNESCO, hay países donde hay más gente que tiene celulares que acceso al agua potable o a los servicios sanitarios básicos. Este organismo internacional ya publicó un informe en 2012 sobre el aprendizaje móvil para docentes en América Latina. El celular y la banda ancha reproducen las condiciones de desigualdad de la población. No obstante, es importante partir del presente, aprovechar los recursos existentes y demostrar con hechos los logros que poco a poco se pueden conseguir con lo que hay. Es el método más eficiente para reivindicar mejoras.
La celebración de una nueva edición del principal congreso de telefonía móvil del mundo en Barcelona, el Mobile World Congress,(MWC) ha servido para constatar los avances tecnológicos que han presentado las principales empresas y para observar aplicaciones y experiencias que el sector educativo catalán lleva a cabo en la práctica de sus clases. En este portal se ha publicado un artículo a propósito del mencionado congreso. Hay un hecho ya incuestionable aunque no aceptado en todos los centros educativos: el teléfono móvil (celular) ha de estar presente en las aulas porque es un gran centro de recursos educativos que todos llevamos en nuestros bolsillos. Si profesorado y alumnado lo tienen, ¿por qué no se usa para educar?
Realidades
Según un informe del Banco Mundial, el problema no se centra tanto en tener un celular sino en disponer de conectividad. En América Latina 87 de cada cien personas disponen de él pero apenas el 37 % accede a Internet desde casa. Los expertos piden desde el MWC que en América Latina las operadoras se replanteen su modelo de negocio y “busquen la manera de construir infraestructuras más ágiles”. Más cobertura y menos retardos temporales en la red (latencia).
Las políticas latinoamericanas predominantes se han centrado en las computadoras portátiles y han dejado a un lado la potenciación educativa de los celulares como poderosas herramientas para favorecer, entre otros aspectos, la alfabetización, el refuerzo académico, la formación de los docentes y la gestión de los sistemas educativos. El desarrollo hoy también pasa por el máximo uso desde todos los lugares y para algo más que la mensajería instantánea, fotos, vídeos y comunicación informal.
La utilización en el aula responde a razones concretas, necesita de un acompañamiento, de una programación, de unas normas que sirvan para tejer las bases de una complicidad mutua a favor del aprendizaje. Situaciones como las vividas en las escuelas cubanas son una realidad en muchos países de todos los continentes. La falta de respeto a los demás y el mal uso se combate con la educación en una tecnología que mueve el mundo.
El director general de Cultura y Educación de Buenos Aires, Alejandro Finocchiro, es quien mejor ha definido una realidad que se puede generalizar a muchos países de continentes diversos. Según su opinión, recogida por el diario El País de Madrid, “hoy los celulares permiten otras cosas y queremos darle la posibilidad a docentes y alumnos de que utilicen cualquier dispositivo tecnológico siempre que esté incluido en el proyecto educativo institucional de cada escuela”, dijo. “Hoy tenemos una escuela del siglo XIX con docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI, donde hay un docente activo que emite conocimiento y un alumno pasivo que lo recibe. Tenemos que llevar todo al siglo XXI”, destacó.
Usos del teléfono móvil
¿Prohibir el celular? Argentina es un buen ejemplo. En 2006 las autoridades de Buenos Aires lo prohibieron en las aulas. El diario La Nación razonó en un editorial tamaña decisión. Diez años después, los responsables se plantearon levantar la medida y permitirlos de nuevo. El diario Clarín, en 2016, recogía razones por las que el teléfono móvil se tenía que convertir en una herramienta educativa y aportaba experiencias de aprendizaje: “La escuela debería aprovechar los celulares como lo que son: minicomputadoras con gran potencial” según María Teresa Lugo, coordinadora de TIC y Educación en IIPE-Unesco, quien también considera que se debería crear una ecología de dispositivos –teléfono, netbook, pizarra digital– para diversos fines. La profesora María Inés Mendoza Bernal , de la Universidad del Zulia, en Venezuela, reflexionó en 2014 sobre el celular como mediador en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El Ministerio de Educación Pública de Costa Rica también lo ve como un aliado en las aulas. Pero razones en contra del celular también existen, si bien preferimos las recomendaciones a favor, también en la Universidad.
Su penetración en zonas rurales facilitará el acceso a contenidos educativos, favorecerá la consulta de información directamente a la población, sin intermediarios, evitando los engaños comerciales en los precios de las materias primas.
Existen amplias posibilidades para usar el celular en las aulas: selección y uso de apps específicas sobre asignaturas o contenidos, de descarga gratuita; creación de apps que respondan a necesidades presentes o futuras de la sociedad; uso de herramientas que estimulen la participación y la organización escolar; trabajo colaborativo; descubrimiento de las posibilidades educativas de aquellos recursos que ya traen los celulares; búsqueda por parte del alumnado de otras funciones que se le puedan asignar a las aplicaciones que usan a menudo, tipo Facebook, Whatsapp, Instagram o Snapchat, para aprender y compartir sus conocimientos.
El Banco Interamericano de Desarrollo recopiló las 50 innovaciones de gran impacto para la educación de América Latina. Insistía en que la tecnología puede jugar un rol democratizador en los procesos educativos. Este año se celebrará la primera edición del MWC de las Américas, del 12 al 14 de septiembre en San Francisco, EEUU. Una nueva oportunidad para el impulso tecnológico. Pero necesitamos que cada día se convierta en una clase (dentro y fuera del aula) para aprender con el celular y para reflexionar después de usarlo: ¿qué he aprendido hoy gracias a su utilización? ¿He molestado a alguien? ¿He ayudado a que otros aprendan? ¿Qué imagen personal he transmitido a través de mis mensajes?
Fuente:aikaeducacion.com
2 comentarios
Muito bom conteúdo. Estou sempre em busca de enriquecer meus conhecimentos. Sempre faço uma retrospectiva e avaliar o desenvolvimento de informações. Parabéns!!!
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