En 2019 la UNESCO proclamó el 14 de marzo como el Día Internacional de las Matemáticas. Esto es debido a que la expresión de esta fecha en el sistema anglosajón es 3/14, que son las cifras iniciales del número pi, uno de los que más interés ha suscitado entre los matemáticos a lo largo de la historia. Como cada año, esta es una buena ocasión para recordar la importancia de las matemáticas en el mundo actual y la necesidad de tener ciudadanos bien formados en esta materia.
El lema de este año es “Matemáticas para todo el mundo”. Es importante comprender la necesidad que todos tenemos de estar capacitados para las matemáticas. Todos tenemos habilidad matemática, aunque en diferente grado. Sin embargo, es posible conseguir que cualquiera tenga la posibilidad de disfrutar de la belleza de las matemáticas. Debemos transformar la idea de que las matemáticas son accesibles solo para las personas dotadas o que son genios.
La capacidad matemática
Siempre ha habido un debate muy animado sobre la distinción de personas de ciencias o de letras. Más bien, se debería tratar de fomentar el conocimiento en estos dos ámbitos básicos, como son el lenguaje y el razonamiento matemático. Cualquier sociedad bien preparada debe manejar los aspectos básicos de estas materias.
El proceso del aprendizaje de las matemáticas es el siguiente: la adquisición de conocimientos comienza con el desarrollo de las habilidades aritméticas básicas (después de conocer los números naturales, aprendemos a sumar, restar, multiplicar y dividir).
A partir de ahí se incorpora el manejo de las fracciones y el cálculo de áreas y volúmenes de figuras geométricas básicas. Más adelante, se aprenden las técnicas elementales del álgebra y el cálculo.
Así, mediante la introducción de cuestiones cada vez más complicadas, se pierde el interés del estudiantado, que acaba por preguntarse cuál es la utilidad de las matemáticas y la necesidad de estudiarlas. Sin embargo, aunque las matemáticas intimiden y puedan resultar incomprensibles en algún momento, son una herramienta importante en nuestra vida diaria.
La comparación con el entorno
El Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (conocido como Informe PISA, por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment) es un estudio realizado por la OCDE a nivel mundial para medir el rendimiento académico de los estudiantes.
Su objetivo es proporcionar datos comparables para que los países puedan evaluar sus políticas de educación y sus resultados. En este análisis no se evalúa al alumno, sino al sistema en el que está siendo educado. Por tanto, puede permitir analizar en qué situación se encuentra un territorio en relación a los demás, en la educación matemática.
Los resultados se basan en el rendimiento de los alumnos de 15 años en una serie de exámenes estandarizados. Permite comparar, entre otros, los conocimientos matemáticos, científicos y la capacidad lectora. Si se observan los resultados en matemáticas, se puede comprobar que España obtiene una puntuación por debajo de la media de la OCDE y muy inferior a los países líderes, Japón o Korea. Los que peores resultados obtienen son los países latinoamericanos que pertenecen a la OCDE, en este caso Chile, México y Colombia, muy por debajo del resto.
Incluso si comparamos entre las comunidades autónomas españolas, se puede ver también que hay diferencias importantes: Navarra es la que obtiene una mejor puntuación, mientras que las Islas Canarias son la última CCAA en esta clasificación.
¿Hacia dónde vamos?
En la actualidad, los ciudadanos se enfrentan a los procesos de digitalización y a la abundancia de información a la hora de tomar decisiones. Todas estas cuestiones hacen que surja la necesidad de enfrentarse a nuevos problemas con un importante componente cuantitativo. En el siglo XXI la alfabetización matemática incluye el razonamiento matemático y el pensamiento computacional como elementos a potenciar en la formación de las personas.
La alfabetización matemática no se limita a la simple reproducción de cálculos básicos, sino que precisa del razonamiento deductivo e inductivo. El método deductivo comienza desarrollando una teoría que se particulariza para explicar los casos concretos de interés. En cambio, el método inductivo trata de hacer generalizaciones amplias apoyándose en observaciones específicas. El primero se entiende como razonamiento matemático y el segundo como estadístico. Ambas formas de razonar son muy necesarias para entender nuestro entorno.
Es imprescindible comprender la utilidad de las matemáticas como herramienta para resolver problemas en una gran variedad de áreas: finanzas personales, toma de decisiones, gestión de la información… Con las matemáticas podemos mejorar nuestras vidas, mejorar nuestra capacidad de tomar decisiones informadas y comprender mejor el mundo que nos rodea.
Deberíamos cambiar la forma en que se enseña esta materia: tendríamos que presentar los contenidos de una manera práctica, usando ejemplos de aplicación en la vida real. De esta manera, será más fácil entender el alcance y la necesidad de las matemáticas en el mundo cotidiano. Sería conveniente buscar casos de aplicación diaria para ilustrar los métodos matemáticos: relacionar la trigonometría con ejemplos basados en la triangulación de las señales de telefonía móvil, enseñar la matemática financiera con simulaciones de carteras o préstamos, etcétera.
Además, las herramientas tecnológicas a nuestro alcance pueden mejorar también los procesos de aprendizaje de las matemáticas. Hay un gran número de aplicaciones y páginas web que pueden servir para explorar los resultados y los efectos de los cambios en los modelos estudiados. Solo entendiendo el alto grado de interconexión existente hoy en día, podremos alcanzar a ver la necesidad de conocer las herramientas matemáticas para poder manejar la información que recibimos de manera óptima, y mejoraría nuestra capacidad para tomar decisiones sobre temas complejos.
Fuente: Luis Felipe Rivera Galicia / theconversation.com