Yeslando de J. González B.
Consultor REDEM – Venezuela
RESUMEN
Se intenta desde una mirada dialógica la profundización acerca de los saberes populares y tender puentes para la apertura académica por parte de las universidades con miras al reencuentro pueblo-universidad. Su finalidad consiste en tratar de explicar los retos teóricos- prácticos de transformar la realidad circundante y la manera cómo los seres humanos logran la interacción de los saberes aún en momentos de crisis. Históricamente la sociedad venezolana ha logrado sobrevenir a pesar de los diferentes modos de pensar y actuar que cohabitan en ella.
PALABRAS-CLAVE: Saberes, pluriculturalidad, resistencia cultural, retos teóricos, realidad comunitaria.
ABSTRACT
It is tried from a look dialogical, the deepening of the popular wisdom and to stretch bridges with a view to the academic opening on the part of the University for the reunion people-university. His purpose consists of trying to explain the theoretical practical challenge of transforming the surrounding reality and the way how human beings achieve the interaction of this wisdom still in moments of crisis. Venezuelan society historically has managed occur despite the different ways of thinking and acting that coexist in it.
KEYWORDS: wisdoms, multiculturalism, culture resistance, theorical challenge, reality.
INTRODUCCIÓN
Los seres humanos han venido enfrentando siempre al reto, teórico y práctico a la vez, de aumentar sus conocimientos y de transformar la realidad circundante y así han ido acumulando saberes sobre el entorno en el que viven. Estos saberes cuando no se adquieren en instituciones oficiales se les denominan saberes populares.
Rush (2001) afirma que el proceso de democratización del saber oficial por incorporación de sectores o aspectos de saberes populares, es un proceso que está en el origen mismo de la ciencia natural, social moderna (…), y continúa hoy. El reconocimiento de la pluriculturalidad y la diversidad en los grupos sociales, constituye un punto de avance en la dinámica de comprensión de la vida de los pueblos, quienes tienen identidad propia, rasgos y modos de vida que hacen distintivas sus particularidades. En ese orden de ideas, los saberes populares, más que patrimonio cultural, constituyen herramientas de acción en la realidad comunitaria.
MATERIALES Y MÉTODOS
Desde este punto de vista, podemos definir por saberes populares aquellos conocimientos que los pueblos han adquirido fruto de su convivencia e interrelación con el ambiente, con los iguales, lo desconocido, los fenómenos naturales y la interpretación mágica o verosímil que los seres humanos han logrado del mundo, así: lo religioso, las creencias, las recetas, lo “real- maravilloso” que tanto sedujo a Carpentier, lo profano, y por supuesto el legado histórico de los tiempos. Lopes da Silva (2011) manifiesta lo siguiente:
(…) resulta importante reconocer que los saberes populares surgen de muy diversas experiencias de vida y formas de conocer el mundo que se producen fuera de los espacios formales de la educación, es decir, que son heredados o tienen su origen en los medios populares, en los movimientos sociales y/o en los ámbitos religiosos, étnicos, asociativos con intenciones de ciudadanía, de resistencia cultural o de negociaciones simbólicas. (Pág.76)
Los aportes que provienen de los distintos campos de la experiencia, se integran a la salud, la alimentación, las creencias, la artesanía, la agricultura, la cría de animales, el manejo de fenómenos naturales como el invierno y el verano, las tradiciones, las costumbres, las manifestaciones religiosas, entre otros, que sin lugar a dudas, forman parte de la esencia del cotidiano accionar familiar y comunitario. Todos estos saberes se acercan a la formación integral de los miembros de los grupos sociales, manifestándose en valores que permiten la interpretación del mundo desde una dimensión mucho más amplia, profunda y elevada, de las comunidades.
Para (Lópes da Silva, 2011), el saber popular no posee la sistematización del saber escolar o del saber científico, sino que se acerca a dialogar con ellos. Nace de la relación de las personas entre sí y con sus producciones culturales; materiales e inmateriales. En tal sentido, es fundamental que la educación universitaria se traduzca en mayores oportunidades de inclusión y de respeto por las comunidades y sus saberes, de integración con las minorías (afro venezolanas e indígenas) y donde además se democraticen los saberes. Históricamente la universidad venezolana ha logrado sobrevenir a pesar de los diferentes modos de actuar y pensar que cohabitan en ella, dejando de lado, lo que a pesar de ser su vecino, su amigo, no ha logrado evitar que transgreda sus dominios: el populacho.
Del mismo modo, si la sociedad presenta crisis, las universidades y la educación no escapan a ella, los saberes que provienen de las clases populares, del modo de vida campesino pudieran representar una forma de observar e interpretar la realidad que permita llevar la educación universitaria por otros derroteros: sin embargo, en el actual contexto económico también se necesita tener acceso a los saberes formales o de uso oficial, socialmente aceptados para poder comprender los diversos mecanismos de la vida moderna y de esa manera luchar por una nueva forma de sociabilidad más justa, donde efectivamente se valore la vida humana.
En al aspecto educativo universitario, los saberes populares pueden ser incorporados como parte fundamental de un proceso de educación no oficial pero que pueden ser acreditados por las universidades; no así, hay distancias operativas entre la práctica pedagógica y el aprovechamiento de los conocimientos de la comunidad, revelándose así un fenómeno que ha sido investigado, desde varios enfoques cualitativos; etnometodológico y etnográfico, cuyos resultados pudieran ser parte fundamental para la elaboración de un trabajo que nos acerque hacia una contextualización más humana de los saberes populares, y por supuesto, del pueblo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Desde esta perspectiva, se plantea el concepto de educación desde los saberes populares, los cuales a criterio del escritor del artículo emergen en un momento en que la humanidad, las instituciones educativas, las sociedades buscan afanosamente un nuevo orden para re-integrarse y re-articularse al mundo, que por sus actos contra el equilibrio natural, pareciera querer excluirlos. Lo holístico, entendido como un concepto que abarca todas las dimensiones humanas, (González Garza, 2009), se presenta como una necesidad, en un sector de la población preocupada por la psicología transpersonal, lo ecológico y las implicaciones filosóficas de la física cuántica.
El reconocimiento de la existencia humana es lo que sirve de soporte a la idea de educar de manera integral para la vida, para los más elevados fines de trascendencia y plenitud, ello es además, lo que traduce el valor de la educación, tal como lo sostiene Savater (1997).
Los miedos y recelos, precisamente, de la ya mencionada particularidad humana frenan el avance paradigmático hacia la educación que necesita la humanidad, por ello, la reflexión centrada en la naturaleza misma de esa condición, coloca el acento en las manifestaciones que hablan de esa dimensión materialmente intangible, pero sutilmente presente en los grupos sociales, solamente percibidos desde la subjetividad. Una de las manifestaciones que emergen desde la intimidad de la esencia humana, son los saberes populares, construidos en la dinámica de sus experiencias, ellos se traducen en una vinculación hombre-cosmos, pero siempre dentro de los límites del equilibrio posible y necesario, en la relación de la humanidad con la naturaleza. Rush (2001) menciona al respecto:
En su mutua interacción, la realidad subsistente y las prácticas sociales simbólicas y materiales en cada cultura o marco con- ceptual, co- producen los hechos o más en general –para incluir lo transempírico, los valores, etc.- los objetos relevantes para la vida de la comunidad , e intersubjetivamente aceptados en esa comunidad, objetivos. No se trata de una acción no mediada de lo real sobre nosotros, pero tampoco de una mera construcción convencional arbitraria nuestra (p. 6).
Los saberes populares se refieren a ese hilo conector con la espiritualidad colectiva, a valores presentes más allá de lo concreto, pero que sirven al ser humano para desenvolverse en el mundo material. Se subraya que han sido históricamente olvidados en las instituciones educativas, muy pocos han podido entrar a las aulas y ser reconocidos como contenidos valiosos en la formación de los estudiantes. Comunidades enteras, con tradiciones, costumbres y saberes, deben abrirse paso al saber académico, desplazando sus formas de vida por nuevos conceptos en cuya aplicación se rompe la armonía de la relación con la naturaleza.
De tal manera que en la formación de las nuevas generaciones de estudiantes, evoluciona un proceso sistemático de distanciamiento con el mundo natural, en aras de un progreso que deja desaliento y frustración existencial, afectando la fauna, la flora y el equilibrio ecológico del suelo, el aire. No se trata de rechazar los aportes y beneficios de la ciencia y la tecnología, lo que se busca es la reflexión sobre el impacto que su uso desmedido hace en la elevación de la calidad humana, lo cual implica entonces, ir más allá de una práctica pedagógica utilitaria en pos de una educación trascendental, donde el género humano sea integralmente privilegiado y donde él mismo sea capaz de darse la oportunidad que otros le han quitado.
Cabe destacar que este tipo de educación tiene espacios para la inclusión e interpretación de estos saberes. En ese sentido, el pensamiento integrador incluye modos de conocer intuitivos, creativos, físicos y en contextos, que conectan a las personas con situaciones de vida, las cuales, además de facilitar el aprendizaje, siembran elementos de interrelación con los tiempos existenciales de la humanidad: el pasado, representado en sus tradiciones, costumbres, formas de vida, historia; el presente, traducido en la acción de la aplicación del legado de conocimientos para abordar los temas de vida, como son la alimentación, salud, vivienda, recreación, cultura y, el futuro: mantener la vida en el planeta.
En un mundo lleno de incertidumbre, en la búsqueda incesante de nuevas realidades ha llegado la hora de ver las verdaderas dimensiones de la educación: en todos los ámbitos se debe tratar de derrumbar los muros de la ceguera individual para que el verdadero quehacer ya se no haga más en las aulas y desde las aulas sino en el pueblo y para el pueblo que representa la esencia de la verdadera universidad.
La educación como parte esencial de los seres humanos: oficial o no, debe poseer fundamentos comunes que la hagan pertinente a los seres humanos. Pero la educación de hoy no es importante más para que lo que ha servido, formación intelectual, lo importante es que ha servido. Pero se ha perdido la esencia humana. Hoy se vive culpando los gobiernos, las épocas, las faltas de ayudas, los científicos y los investigadores solo vacían sus discursos de errores y de incomprensión de un mundo complejo y dinámico.
Sería discrepante la forma como ven la educación los sectores populares y la forma cómo logran el acceso a ella. Hoy se puede asegurar que siempre hubo un desencuentro entre las religiones y lo que propugnan: educación y menos pueblo, y entre la educación y el pueblo: menos pueblo y más ignorantes.
Hay que buscar la manera de adentrarse desde la mirada profunda de la ciencia, hasta los conocimientos a veces irrelevantes del pueblo ahora que se vive en crisis. Es menester tratar de adentrarnos al corazón de las universidades, de nuestra Universidad del Sur del Lago en el municipio Colón “la de los saberes del pueblo” para ver si se logra el encuentro o los reencuentros en una biblioteca que camina y tiene alma.
Se hace necesaria una revisión para los conocimientos naturales de los pueblos, desde los ancestrales hasta los más lejanos, todos tienen algo que decir y contar. Por otra parte, se intenta bajo una mirada dialógica la necesidad de lograr la transformación material de la sociedad actual y tratar de disminuir a través de las proposiciones que puedan surgir de los impactos de una sociedad en crisis y por supuesto de un ciudadano comprometido, a decir de Boscán (2011)…en la construcción de estructuras para la generación de conocimientos que conlleven a un mejor nivel de vida.
CONCLUSIÓN
En el ámbito educativo, de reflexión y contextualización de los conocimientos que aún la ciencia no logra comprender pero que asume y que intenta aceptarlos con recelo, por supuesto, se debe intentar superar la división entre la teoría y la práctica. Eliminar el divorcio creado entre la ciencia y lo que esta no ha podido dejar de lado, entre la investigación, la educación y el pueblo y desde luego, examinar acuciosamente aquellos factores que inciden en el bienestar de los mismos: la crisis; de valores, existencial, de paradigmas, de posiciones y de épocas. Desde esta posición son explicitas las limitaciones para un estudio donde se involucra el saber científico y lo cotidiano, las barreras del yo y el otro desde el punto de vista ontológico y las diferencias históricas.
Es de vital importancia reconocer que una de las barreras casi insalvables en el municipio Colón es el de la escasa información del tema sobre los saberes populares por lo que es posible que algunas referencias importantes no logren ubicarse. Solo mencionarse por la relevancia del tema.
REFERENCIAS
Boscán, N. (2011): Desde los saberes populares hacia la construcción de un nuevo ciudadano del siglo XXI. II Congreso en línea en Conocimiento Libre y Educación CLED2011. e Ponencias. Caracas. Venezuela.
Da silva, E.J (2011): Una reflexión sobre el saber popular y su legitimación. Universidad Federal de Pairaba Brasil. Revista Decisiones. Septiembre-Diciembre PP 73-77
González, G A. M. (2009): La Educación Holística: La pedagogía del Siglo XXI. Barcelona. Kairós
González, Y. y Mora, C. (2011): Dos visiones de la universidad en Venezuela. Universidad Nacional Experimental Sur del lago. Colección cuadernos ideológicos. Dirección de Publicaciones. Santa Bárbara. Zulia.
Rush, A. (2010): Saberes y cultura en la globalización. Discusión de las tesis de León Olivé. Estudios políticos y epistemológicos. Universidad Nacional de Tucumán. México.
Savater, F. (1997): El valor de educar. Barcelona, Editorial Ariel.