¿Se ha preguntado alguna vez si los gobiernos consideran prioritario el bienestar de los estudiantes de educación superior? La Nota de Políticas de Educación Superior (Nota PES) más reciente de UNESCO IESALC examinó 130 planes nacionales de educación superior de países de todo el mundo, revelando hasta qué punto los gobiernos incluyen objetivos para mejorar el bienestar de los estudiantes como parte de sus estrategias.
¿Por qué es importante?
Impulsado por las condiciones mentales, físicas y sociales, el bienestar de los estudiantes de educación superior es fundamental para su éxito académico y su desarrollo personal. Sin el apoyo adecuado, los estudiantes se enfrentan a retos que pueden dar lugar a pobres resultados del aprendizaje, menor preparación profesional y limitadas contribuciones a la sociedad. Datos recientes ponen de relieve tendencias preocupantes: en todo el mundo, casi un tercio de los estudiantes declaran tener problemas de salud mental, y su bienestar general ha disminuido en las últimas décadas debido al empeoramiento de la calidad del sueño, el aislamiento social y el estrés financiero. La pandemia de COVID-19 amplificó estos problemas, haciendo más urgente que nunca la necesidad de sistemas sólidos de apoyo al bienestar en la educación superior.
Tendencias mundiales en los planes nacionales para el bienestar de los estudiantes
Basándose en datos del Observatorio de Políticas de ES, esta Nota de Políticas Públicas revela que sólo el 20% de los países que cuentan con un plan nacional de educación superior, incluye como objetivo clave el bienestar de los estudiantes. Las disparidades regionales son significativas. Europa Central y Oriental se sitúan a la cabeza, con un 36% de países que adoptan objetivos de bienestar estudiantil, seguidas de América del Norte y Europa Occidental (31%) y América Latina y el Caribe (30%).
Por el contrario, el África Subsahariana va muy a la zaga, con sólo un 5% de países que dan prioridad a este asunto. Los países de renta alta son más propensos aspirar a mejorar el bienestar de los estudiantes, con un 26% que lo incluye en sus planes, mientras que ningún país de renta baja lo hace. Estos patrones sugieren que los recursos económicos y las prioridades regionales desempeñan un papel importante en la configuración de los objetivos de bienestar.
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UNESCO IESALC
Próximos pasos para los responsables políticos y los investigadores
Los responsables de políticas públicas tienen un papel fundamental a la hora de abordar la crisis de bienestar en la educación superior poniendo en marcha iniciativas específicas y basadas en pruebas. Las evaluaciones exhaustivas, como las encuestas nacionales y los diagnósticos institucionales, pueden proporcionar información sobre los problemas más acuciantes a los que se enfrentan los estudiantes.
Los gobiernos también podrían establecer marcos nacionales de apoyo a la salud mental, exigiendo a las instituciones que adopten unas normas mínimas y fomentando al mismo tiempo nuevos enfoques a través de programas piloto.
Reforzar la colaboración entre las instituciones de educación superior y los sistemas públicos de salud también puede garantizar que los estudiantes tengan acceso a una atención asequible y a un apoyo integral.
Las investigaciones futuras deberían explorar los resultados de las políticas de bienestar y evaluar la eficacia de intervenciones específicas. Los investigadores también podrían seguir examinando cómo los contextos culturales y regionales configuran estas políticas e identificar formas innovadoras de integrar el apoyo al bienestar en los entornos académicos.
Sumérjase en la publicación Nota de Políticas Públicas 21 de UNESCO IESALC para conocer más a fondo los objetivos de los países para mejorar el bienestar de los estudiantes en la educación superior:
Fuente: iesalc.unesco.org