Los niños con necesidades educativas especiales tienen el mismo derecho al acceso a la educación que el resto de sus compañeros. En este artículo, profundizamos acerca de este concepto.
El modo de aprender no es el mismo para todos los niños. Por ende, la forma de enseñar tampoco debe ser la misma en todos los casos. Adaptar las metodologías a las particularidades de cada estudiante es un desafío tan complejo como prioritario. Un alumno con necesidades educativas especiales (NEE) es aquel que requiere, por un período de su escolaridad o en su totalidad, de ciertas estrategias adicionales para garantizar su acceso a la educación. En este artículo, profundizamos en el tema.
Conoce qué son las necesidades educativas especiales
Por fortuna, la investigación sobre las necesidades educativas especiales es amplia y constante. Esto significa que, tanto las leyes de educación como los términos asociados a la temática, se modifican en sintonía con los nuevos estudios. Sin embargo, el permanente debate puede traer ciertas confusiones y hacer difícil la definición de nociones vinculadas con el interjuego entre la educación y la salud.
El término «NEE» surge por primera vez en el informe Warnock, publicado a finales de la década del 70. Allí, se determina que un niño con necesidades educativas especiales es aquel que presenta alguna dificultad de aprendizaje a lo largo de su escolarización. Estos alumnos requieren de atención y recursos educativos específicos, diferentes a los de la mayoría de sus compañeros.
Su diferencia con las NEAE
Es esencial discernir entre las NEE y las necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE). Estas últimas no guardan relación con discapacidades o trastornos mentales, sino que incluyen condiciones personales o contextuales que desembocan en dificultades temporales. Una aclaración importante es que la comunidad con NEAE engloba a las NEE, pero no a la inversa.
A su vez, esto nos da la pauta de que es esperable que la gran mayoría de los niños y jóvenes necesiten apoyos especiales durante algún momento de su historia académica. Por ejemplo, porque presentan condiciones permanentes o transitorias que ponen en jaque su adquisición del conocimiento.
Diferentes tipos de necesidades educativas especiales (NEE)
Existen diferentes tipos de necesidades educativas especiales que las instituciones escolares deben satisfacer. Algunas de ellas tienen sus raíces en las discapacidades físicas o cognitivas, mientras que otras se sustentan en trastornos emocionales o conductuales categorizados en el DSM V. A continuación, mencionamos algunas de las condiciones que suelen solicitar la adaptación curricular o metodológica por parte de las escuelas.
- Discapacidades intelectuales o cognitivas: obstaculizan la adquisición de nuevos conocimientos, así como la plena participación en el contexto áulico.
- Discapacidad motora o sensorial: demanda una reorganización espacial o ciertas modificaciones referidas a los estímulos sensoriales. Por ejemplo, la discapacidad auditiva o visual.
- Condiciones genéticas: comprometen las funciones cognitivas, como el síndrome de Down o el X-frágil.
- Trastornos del espectro autista: dificultan el acceso al aprendizaje.
- Dificultades significativas en la regulación emocional y problemas en la conducta: asociados con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad o con el trastorno negativista desafiante.
Las necesidades especiales pueden ser permanentes o transitorias
Según el tipo de problemática, las necesidades especiales pueden presentarse durante el período completo de escolaridad o en un lapso de tiempo concreto.
- Necesidades permanentes: requieren de adaptaciones durante todo el recorrido escolar. Por ejemplo, niños con ceguera o con una discapacidad cognitiva severa.
- Necesidades transitorias: demandan un apoyo específico en un momento particular y acotado. Por ejemplo, un niño que vivencia una situación familiar compleja puede presentar dificultades en la regulación emocional e incluso desarrollar algún trastorno de conducta. En este caso, es esperable que precise ciertos apoyos adicionales, pero cuando la situación externa se resuelva y recupere la estabilidad emocional, dejará de necesitarlos.
¿Cómo satisfacerlas?
El sistema escolar debe ajustarse para satisfacer las necesidades de todos los niños y no viceversa. Por otro lado, si bien los diagnósticos médicos pueden ayudar a responder a la incógnita de cómo ayudar a un alumno con NEE, bajo ningún concepto nos debemos limitar a ellos. A unque dos alumnos compartan la misma categoría diagnóstica, tanto sus manifestaciones como sus intereses y gustos serán diferentes. Por ende, también lo serán sus necesidades.
Educación inclusiva, un concepto en evolución
La educación inclusiva se define como el proceso que pretende eliminar o reducir las barreras que dificultan la plena participación y el éxito de los estudiantes. Ahora bien, las estrategias para suprimir las disparidades en la educación no deben ser rígidas ni mucho menos estandarizadas. Es fundamental tener en cuenta que cada alumno presenta necesidades particulares.
De hecho, en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales realizada en Salamanca, se reconoce que cada niño posee características, capacidades y necesidades de aprendizaje que le son propias. Y que, independientemente de sus singularidades, tiene derecho al acceso a la educación igual que el resto de sus compañeros.
Asimismo, se entiende que atribuir las dificultades de aprendizaje a las condiciones personales, mientras que se excluye a los factores externos, es una equivocación. Pues así, se insinúa que son los alumnos quienes se deben adaptar a los lineamientos educativos generales. Sin embargo, son las instituciones las deben replantear sus metodologías para brindar una educación de calidad a la totalidad de su población.
«Si no pueden aprender de la forma en que enseñamos, enseñaremos de la forma en que aprenden»
– Ivar Lovaas –
Los niños con NEE merecen una educación de calidad
Si bien es importante estar informados y contar con herramientas para satisfacer las necesidades de todos los alumnos, es prioritario tomar una postura empática. Los niños con necesidades educativas especiales merecen gozar de una educación de calidad, al igual que el resto de sus compañeros.
El acceso a la educación es un derecho. En este sentido, resulta imprescindible reflexionar acerca de los métodos de enseñanza, con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades a todos los estudiantes. Como padres, docentes y adultos, es nuestra responsabilidad comprometernos con el bienestar de los niños. Todos queremos una sociedad capaz de enriquecerse de la heterogeneidad, en donde prime la tolerancia y el respeto.
Fuente: Sharon Capeluto / eresmama.com