La danesa Mónica Carlsson, contó que hoy en día los sistemas educativos priorizan las habilidades y conocimientos de sus alumnos en detrimento de su bienestar.
Mónica Carlsson es profesora de la Universidad de Aarhus en Dinamarca y desde la década de los setenta se ha dedicado a explorar la educación en el mundo. Se declara enemiga rotunda de los ránquines y para ella uno de los propósitos de la enseñanza hoy en día es formar ciudadanos que puedan aportarle a la sociedad en la que viven. Aseguró que, en la mayoría de los colegios del mundo, el aburrimiento, tanto en profesores como en alumnos, es una gran parte del problema educativo.
¿Cuál es su lectura de los sistemas educativas de la actualidad?
Estamos en un sistema educativo, hoy en día, que prioriza las competencias entendidas como pruebas en habilidades y conocimientos. Mi idea es: ¿Cómo podemos trabajar para que los colegios promuevan cualificaciones en sus estudiantes? ¿Cómo hacemos que los estudiantes sean parte la vida, del mundo y de la sociedad?
¿Cómo se le transmite esto a los estudiantes y profesores? ¿Cómo se pone en práctica?
Hay dificultades en los colegios que trabajan con proyectos. Los colegios siguen creyendo en esa idea de que los estudiantes asisten a clase y adquieren conocimiento porque un profesor se los transmite. Pero para los proyectos, usualmente, se trabaja en un periodo más largo de tiempo. Entonces es difícil incluir esta visión en un colegio con un sistema educativo tradicional.
¿Qué significa trabajar en proyectos?
Lo que sucedía es que en Dinamarca los alumnos estaban muy aburridos de sentarse en una silla y escuchar a los profesores. Los estudiantes aman salir del colegio, trabajar en aquellas cosas que realmente les interesan y dar sus opiniones. Las personas podemos, entonces, no desempeñarnos tan bien académicamente, por eso se trata de crear arenas de aprendizaje para que se pueda trabajar con otras metodologías. No tienen que hacerse todo el tiempo, basta con que se logren una vez al año. Lo clave es brindarles a los estudiantes otras experiencias.
¿Cómo llegó a esa conclusión?
Realizamos medidas de bienestar en Dinamarca y uno de los puntos más relevantes que arrojó la investigación es que los estudiantes están aburridos y eso los está matando. No es estrés, es aburrimiento. Los estudiantes se aburren en clase porque no les gusta sentarse, escuchar y ser pasivos. Es muy difícil para nosotros como seres humanos y no estamos hechos para eso.
¿Ese aburrimiento es global o está pasando en ciertos contextos?
Creo que es global y depende mucho de los exámenes y de las pruebas. Sabemos por Finlandia que los estudiantes a los que les va muy bien en las pruebas PISA, son los peores en términos de bienestar. Algunas de las explicaciones para esto apuntan a que están bajo mucha presión por el estrés de mostrar un buen rendimiento académico. En Finlandia, Singapur y China, entonces, no están aburridos, sino sufriendo de estrés psicológico por las altas expectativas que tienen sobre ellos. Pero en la mayoría de los colegios del mundo, creo que el aburrimiento es una gran parte del problema educativo.
¿Cree que ese aburrimiento se da también en profesores?
Los estudiantes están aburridos y los profesores estamos aburridos. La educación es interactiva, entonces cuando un profesor observa los comportamientos de sus alumnos, que se quejan o tienen caras largas, pues eso los afecta e impacta.
Parece que todo el tiempo estamos siendo medidos por pruebas de estado nacionales o exámenes internacionales. ¿Qué piensa de los ránquines?
Creo que le están causando daño a los sistemas educativos. En Dinamarca dijimos que los colegios no debían hacer públicos los ránquines. El problema es que si eres un padre de familia puedes buscarlo en internet. De repente, tienes números que ilustran qué tan bien lo están haciendo los colegios, y los números son muy fuertes en nosotros. Vemos los números y reaccionamos. Pero en resumen, no estoy a favor de hacer públicos los ránquines. Creo que esta información debe ser utilizada por personas en los ministerios o en los gobiernos.
¿Para quien y por qué los estudiantes deben ser evaluados?
Si es para aprender y aumentar la retroalimentación es muy poderoso. Hay sistemas educativos que están centrados en dar crédito a los logros del estudiante y a su desempeño. Las pruebas y exámenes pueden ser una herramienta para esto, pero no son una solución milagrosa. Los exámenes deben ser interpretados y hay que tomar acciones sobre la base de estos. Entonces obtener los números por sí solos de cómo ha sido el desempeño de un estudiante, no necesariamente conducen a ningún lado.
En Colombia siempre estamos volcados hacia las pruebas PISA y buscamos escalar en posiciones. ¿Son útiles estos escalafones?
La educación debe resolver problemas sociales. Hay un límite a esto. Se trata de construir un buen sistema educativo y trabajar con oportunidades más amplias. Estuve en Ecuador visitando a una estudiante mía y ella estaba trabajando en un programa muy interesante de escuelas rurales. Allí no estaban trabajando habilidades como ciencias, matemáticas o lenguaje. Su currículo estaba centrado en asuntos ecológicos, de salud y de derechos de la niñez porque en eso ecesitaban enfatizar.
¿Cuál es el principal problema de la educación en Dinamarca hoy en día?
En Dinamarca, sabemos que el 20% de los niños que van a escuelas primarias no tienen lo que quisiéramos que tuvieran. Algunos no pueden leer y escribir bien, y otros no pueden acceder a educación técnica y tecnológica o a tener algún empleo. Este es el mismo panorama de Europa. Por eso nuestras reformas educativas le apuntaron a solucionar esto desde los noventa, pero seguimos en esa crisis.
¿Cuál es el gran propósito con la educación hoy en día?
El punto con la educación es que estemos cualificados para ser ciudadanos. Y después, sabes sumar, leer, escribir.
¿Y el gran reto?
Mirar cuál es la situación y las presiones en los sistemas educativos de hoy y unir las perspectivas de los maestros, los políticos y los investigadores. De hecho hay muchos de estos investigadores que no creen en la OCDE y en que esas sean las soluciones idóneas. Es necesario abrir un diálogo y no culpar a los otros, sino trabajar juntos.
Fuente: ElEspectador.com
3 comentarios
Hola!! Soy maestra de primaria trabajo en una escuela de jornada ampliada y pienso que a los estudiantes de escolaridad normal de cinco horas les aburre pues yo observo en mis alumnos que mas se aburren porque permanecen 7 horas sin alimentación adecuada y sentados en un salón reducido sin ningún interés ni proyecto de trabajo el cual causa tanto para ellos como para mi un desorden personal y laboral que culmina con hostigamiento en el ámbito escolar
Soy docente del nivel secundario, los problemas por el que atravesamos hoy en día es sí ciertamente el aburrimiento en el estudiante y mi punto de vista es porque el adolescente de hoy no tiene proyectos de vida y si asisten a una Institución Educativa es más por obligación porque el padre de hoy cumple el rol de satisfacer lo que su hijo(a) pide entre ellos «la grandiosa tecnología» que ha invadido los hogares y que se está escapando de la mano a los padres, logrando en nuestros estudiantes seres facilistas, no demostrando empeño en lo que les servirá para el futuro. Nuestro rol es como BIEN DICE la maestra Mónica Carlsson FORMEMOS CIUDADANOS, personas primero que nada que actúen como tales, en vista de los grandes problemas sociales que enfrentamos nuestro día a día…
Soy Profesor de educación secundaria y estoy laborando colegio público, en nuestro medio también tenemos los mismos problemas que expone Mónica Carlsson acerca de porque hoy en día los estudiantes están aburridos durante las clases. ante esta problemática, al parecer, habrá que cambiar estrategias, métodos y hasta contenidos temáticos que los mismos estudiantes propongan para trabajar en sus aprendizajes y también con el visto bueno de la autoridad correspondiente. Por el momento alivia mi preocupación que yo tenia con mis estudiantes. GRACIAS por publicar este artículo.