Analizar el impacto de la estimulación auditiva neurosensorial en el aprendizaje de idiomas. Este el objetivo de un proyecto que están llevando a cabo investigadores de la Universitat Politècnica de València y la empresa Isora Solutions, en el marco de la cátedra Human Behaviour & Focus Values Systems de la Facultad de Administración y Dirección de Empresas de la UPV, en España.
La principal novedad del proyecto radica en el número de participantes y en su heterogeneidad. Las edades de los voluntarios oscilan entre los 19 y los 59 años; hay profesores, investigadores, alumnos, personal de administración y servicios, con unos niveles de inglés muy diversos, desde el que tiene conocimientos muy básicos –nivel A1- hasta quien domina el idioma –nivel C1. Se trata del primer proyecto de estas características que se realiza en España. Además, otra de sus novedades es que incluye también un estudio comparativo de hablantes bilingües castellano/valenciano y su evolución.
En el estudio participan Cristina Pérez y Marta Conejero, del Grupo de Análisis de Lenguas de Especialidad (GALE)-Departamento de Lingüística Aplicada, junto con profesores del Departamento de Economía y Ciencias Sociales, Francisco Guijarro y Fernando García. Está coordinado por Álvaro Capitán y Hernán Cerna, directivos de Isora Solutions y consultores en estimulación auditiva neurosensorial, junto con Carlos García, en calidad de director de la cátedra y vicedecano de la Facultad de Administración y Dirección de Empresas de la UPV.
“Todos nacemos políglotas, pero con el paso de los años nuestro sistema auditivo se va cerrando y no procesa frecuencias con las que no hemos tenido contacto. En el caso de los castellanohablantes, escuchamos frecuencias entre 125 y 2.500 hercios; en el de los rusos, por ejemplo, son capaces de recibir y procesar frecuencias desde 125 hasta 11.000 hercios, lo que explica su facilidad a la hora de aprender idiomas. Lo que pretendemos es resetear el oído para que pueda entender las frecuencias que por naturaleza tiene”, explica Hernán García.
Para el desarrollo del estudio, en primer lugar se han llevado a cabo audiometrías clínicas para determinar que el oído de los participantes está sano. Igualmente, se ha evaluado su nivel de conocimiento de lengua, principalmente en cuanto a la comprensión y expresión oral, con un test de escucha diseñado por las investigadoras del Grupo de Análisis de Lenguas de Especialidad (GALE)-Departamento de Lingüística Aplicada de la UPV.
Además, cada uno de los participantes se someterá a estos test después de las diferentes sesiones de estimulación auditiva, con el fin de medir el grado de apertura del oído para programar las siguientes sesiones, hasta finalizar el proceso.
”Estos test sirven para conocer la capacidad de escucha de cada participante respecto a la lengua objeto de aprendizaje y su evolución tras cada sesión de neuroestimulación”, apunta Cristina Pérez.
El análisis de los resultados será coordinado por los profesores Francisco Guijarro y Fernando García.
Desde hoy, los investigadores de la UPV e Isora Solutions llevan a cabo una serie de sesiones de estimulación auditiva con un total de 180 voluntarios, aplicando para ello un método y equipamiento tecnológico desarrollado por la empresa Tomatis Development.
“Con estas pruebas queremos demostrar cómo mediante la estimulación auditiva es posible ampliar el rango de frecuencias que somos capaces de procesar; cómo la integración lingüística neurosensorial es sumamente eficaz de cara a personas que quieren aprender, estudiar o recuperar un idioma”, destaca Hernán Cerna.
Pero, ¿en qué consiste la estimulación auditiva? Tal y como explica Hernán Cerna, los voluntarios reciben la estimulación a través de la escucha de música filtrada de Mozart con contrastes musicales mediante cambios súbitos del timbre y de la intensidad de la música, “lo que sorprende al cerebro”, apunta. En el segundo y tercer intensivo de estimulación auditiva se integran también textos en inglés que inciden en la mejora de la escucha.
“Pero el sonido no solo se percibe por los oídos, sino también por la parte superior del cráneo, gracias a unos cascos de conducción ósea específicamente diseñados. El objetivo de la estimulación neurosensorial es generar la apertura del oído a un mayor rango de frecuencia y facilitar así la integración lingüística del idioma en este caso, el inglés”, apunta Hernán Cerna.
El proyecto se extenderá durante los próximos seis meses. Los resultados que se obtengan permitirán determinar en qué porcentaje ha mejorado la receptividad del idioma por parte de los voluntarios. (Fuente: UPV)