Nacidos a principios del siglo XX, los métodos de enseñanza Montessori se han hecho muy populares en los últimos veinte años. La proliferación de libros, juegos y escuelas públicas con la etiqueta “Montessori” da fe de este fenómeno.
Pero, ¿qué nos dice la investigación sobre la eficacia de la enseñanza Montessori en comparación con otras formas de enseñanza? ¿Tiene algo que aportar a las escuelas de hoy, y del futuro, este enfoque que suma ya más de cien años?
La educación Montessori: libertad en un entorno estructurado
El objetivo básico de la educación Montessori es dar a los niños un cierto grado de libertad para aprender, en un entorno estructurado y apropiado. Se divide en varias áreas de descubrimiento dedicadas a la vida práctica, la vida sensorial, el lenguaje y las matemáticas. También cabe destacar que los niños trabajan en grupos de varias edades: de 3 a 6 años, por ejemplo, y luego de 6 a 9 años.
El equipamiento del aula permite a los niños actuar de forma completamente autónoma. Entre otras cosas, les permite corregirse solos, siendo el papel del profesor sobre todo el de observar al niño para responder de forma óptima a sus necesidades, apoyarle en sus iniciativas y reconducirle si es necesario.
Además, el entorno Montessori defiende que las interacciones sensoras y motoras con el entorno promueven el desarrollo cognitivo y el aprendizaje en los niños. En otras palabras, aprendemos mejor interactuando físicamente con el entorno, lo que se conoce como cognición incorporada. Por eso los materiales Montessori suelen implicar varios sentidos, en particular el tacto y la vista.
Por ejemplo, las piezas de madera con forma de letras invitan a los niños a descubrir los trazos de las letras alfabéticas a través del tacto y, después, a pronunciar su sonido. Al permitirles asociar directamente el sonido de las letras con su representación gráfica ayuda a que aprendan a leer.
Otro ejemplo se refiere a los conceptos matemáticos: los materiales Montessori permiten a los niños asociar los números escritos con unidades físicamente tangibles. A través de la vista y la manipulación, los niños pueden reforzar su comprensión de los vínculos entre la representación espacial y matemática de un número.
Por último, en contra de la creencia popular, Montessori no significa libertad ilimitada. El aula se rige por normas y los adultos presentes establecen el marco. Si bien uno de los objetivos de este método pedagógico es adaptarse al ritmo de cada uno, el respeto a los demás y a su trabajo también es esencial. De acuerdo con este principio, los alumnos de las escuelas Montessori no reciben ni premios ni castigos, lo que contribuye a favorecer la cooperación de los alumnos al tiempo que fomenta la motivación intrínseca.
De este modo, todas las características de la pedagogía Montessori podrían proporcionar a los niños un entorno especialmente favorable para el aprendizaje y el desarrollo psicológico. Los estudios realizados en los últimos treinta años parecen respaldar esta opinión, sugiriendo que diversos aspectos de los métodos de enseñanza Montessori podrían tener efectos beneficiosos sobre las capacidades cognitivas, las habilidades sociales, la creatividad, el desarrollo motor y los resultados académicos de los niños.
No obstante, faltan estudios más exhaustivos sobre los efectos de los métodos de enseñanza Montessori.
Efectos positivos sobre las habilidades sociales y los resultados escolares
Un metaanálisis publicado recientemente en Contemporary Educational Psychology arrojaba luz sobre los efectos de la educación Montessori en el desarrollo psicológico y el aprendizaje de los niños de primaria.
Un metanálisis es una síntesis estadística de varios estudios empíricos sobre un mismo tema. El objetivo es determinar la tendencia, positiva o negativa, de todos los estudios relativos al fenómeno estudiado. En este caso, permite calcular el beneficio o la desventaja del grupo experimental (escuelas o clases que utilizan la pedagogía Montessori) en comparación con el grupo de control (escuelas o clases que utilizan otra pedagogía).
Se utilizaron bases de datos bibliográficas para identificar y examinar 109 artículos publicados en los últimos 30 años. Esta revisión dio como resultado la selección de 33 estudios experimentales o cuasi–experimentales que comparaban la pedagogía Montessori con otros enfoques pedagógicos. En todos estos estudios participaron más de 21 000 escolares de Norteamérica, Asia y Europa.
Los resultados de este metanálisis muestran que los métodos de enseñanza Montessori tienen efectos positivos y significativos sobre las habilidades sociales y los resultados escolares. En otras palabras, en comparación con otras formas de enseñanza, el enfoque Montessori podría conducir a un mejor desarrollo de la comprensión de las situaciones sociales, la capacidad de resolver problemas sociales y la capacidad de ponerse en el lugar de los demás. El enfoque Montessori parece promover el desarrollo de las habilidades sociales, como el énfasis en la cooperación en lugar de la competencia y el fomento del respeto mutuo y el intercambio.
Los datos indican que Montessori también contribuye significativamente a mejorar los resultados de los alumnos en matemáticas, lectura, escritura y otras materias. Esta contribución está vinculada a los materiales multisensoriales y autocorrectivos del aula, pero también a la ausencia de castigos y recompensas, que fomentan la motivación intrínseca del niño.
En cambio, en lo que se refiere a las capacidades cognitivas, las habilidades motoras y la creatividad, el impacto de la pedagogía Montessori no fue significativo. Es decir, que los resultados fueron iguales que usando otros sistemas de enseñanza. Los análisis no revelaron diferencias tampoco en función del nivel escolar (infantil o primaria) o la zona geográfica en la que se llevó a cabo el estudio.
Estas conclusiones podrían afinarse con futuros estudios en los que se tenga en cuenta el estatus socioeconómico de las familias o el grado de aplicación de los métodos de enseñanza Montessori. Esto último parece un factor importante ya que un enfoque holístico de este método es más eficaz. O lo que es lo mismo, funciona mejor si no solo se aplica en áreas determinadas de la escuela, sino en todos los ámbitos de la crianza.
Fuente: Alison Demangeon y Youssef Tazouti / theconversation.com