52 académicos latinoamericanos firmaron una carta pública que pide a los gobiernos de la región reducir las tasas actuales de deforestación y ocupación ilegal de zonas selváticas y boscosas, reforzar los controles ambientales, priorizar la preservación de la selva tropical y otros ecosistemas, y desplegar mecanismos efectivos de mitigación y adaptación al cambio climático.
Aunque este mes es considerado el más seco del año (lo que facilita la tala y quema de bosque), los incendios de los bosques amazónicos de Brasil que impactaron al mundo ya superaron con creces lo que se considera “normal”. Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), Brasil está experimentado la mayor ola de incendios de los últimos cinco años, y el 50.5 % sucedieron en la Amazonia.
Por eso, 52 académicos e investigadores latinoamericanos redactaron una carta pública instado a los gobiernos locales a tomar acciones más contundentes para detener el fenómeno, y a defender la evidencia científica que respalda la necesidad de detener la deforestación en Amazonia.
«La evidencia científica sobre la conexión entre quema de biomasa y el deterioro de la calidad del aire en Latinoamérica es cada vez más abundante. Por ejemplo, hoy en día sabemos que un porcentaje importante de las emergencias por calidad del aire en países como Colombia, Brasil, México y Ecuador tienen su origen en quemas que ocurren a centenas de kilómetros de distancia. Aunque hoy nos preocupa el Amazonas brasileño, se trata de un problema crónico que ha recibido muy poca atención por parte de los gobiernos latinoamericanos», escriben.
Los académicos son investigadores en calidad del aire, cambio climático y ecología, en conjunto con gestores de la calidad del aire en varios países latinoamericanos. Manifestaron su preocupación por los efectos que los eventos masivos de incendios forestales y quema de biomasa tienen sobre la composición atmosférica, el clima, la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y especialmente la salud pública. «Esto último es de la mayor relevancia dado que las partículas generadas por la quema de biomasa son altamente tóxicas y suficientemente pequeñas como para viajar largas distancias y finalmente depositarse en los pulmones de las personas», escriben.
Los académicos advierten que no basta con apagar los incendios, sino que hay que entender las causas de los incendios y hacer planes a largo plazo para combatir esas dinámicas. También se mostraron preocupados por el cambio del uso del suelo como generador de emisiones de gases de efecto invernadero en América Latina. Por ejemplo en Colombia, según el Ideam, el 33% de las emisiones de GEI de 2018 en el país se debieron al ambio en el uso del suelo, incluyendo la deforestación. La agricultura, con un 22%, se ubicó en el segundo lugar de los sectores que más contribuyeron a la generación de emisiones, seguido en el tercer puesto por la minería y la energía, con un 14%.
No es suficiente con apagar los incendios actuales. Tan importante como esto es entender las causas últimas de los incendios y establecer planes de largo plazo que permitan combatirlas. Más aún, la gravedad del problema climático, y la importancia del cambio de uso del suelo como generador de emisiones de gases efecto invernadero en nuestra región, exige que se implementen planes serios y masivos de reforestación.
«Hacemos un llamado a los gobiernos de la región para reducir las tasas actuales de deforestación y ocupación ilegal de zonas selváticas y boscosas, reforzar los controles ambientales, priorizar la preservación de la selva tropical y otros ecosistemas, y desplegar mecanismos efectivos de mitigación y adaptación al cambio climático».
La carta fue firmada por académicos de la Universidad de Puerto Rico, Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Autónoma de México, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas – CONICET, Argentina, la Universidad Nacional Tecnológica de Lima Sur (Perú), Universidade Federal de Minas Gerais (UFMG) y Universidade de São Paulo (Brasil), Oxford (Reino Unido), Universidad de Maryland (USA) y la Universidad Mayor de San Andrés de Bolivia. Por Colombia firmaron académicos e investigadores de la Universidad del Norte, Universidad Industrial de Santander, Universidad Nacional de Colombia, Universidad de los Andes, Universidad Pontificia Bolivariana, Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, Universidad EAN, Universidad de La Salle y Universidad Militar Nueva Granada.
Fuente: elespectador.com