Diseño Instruccional con Curación de Contenidos: el marco conceptual de Ryan Tracey.
Según lo afirmado por el gran estadístico británico George Edward Pelham Box (1919 – 2013), citado por Jarche:
Todos los modelos son incorrectos, pero algunos son útiles
Aunque claramente, el propósito de un modelo es simplificar un sistema complejo para que sea más comprensible y se pueda hacer algo dentro de él; por definición, los modelos sólo puede ser una aproximación a la realidad. Por error humano, además, no son tan precisos como podrían ser. Sin embargo, si aceptamos la variabilidad inherente a cualquier modelo, es posible lograr un resultado mucho mejor ciñéndose a uno previamente desarrollado que no regirse por ninguno.
Fue con esto en mente que Ryan Tracey (2015) comenzó a pensar en un modelo, o quizás más exactamente, en un marco , que permitiera la combinación exitosa del diseño instruccional con la Curación de Contenidos.
Consideró la práctica heurística del diseño instruccional de Díme, Muéstrame, Permíteme, Pruébame (Tell Me, Show Me, Let Me, Test Me). En cuanto a la secuencia heurística, encontró que funciona bastante bien. Nos recuerda que la transmisión de conocimientos es ineficaz por sí misma; los estudiantes realmente necesitan ver la teoría en acción y probarla ellos mismos. Como dice el refrán chino: “Dímelo y me olvido. Muéstrame y recuerdo. Involúcrame y lo entiendo”.
El modelo para un diseño instruccional basado en la Curación de Contenidos propuesto por Tracey (2015) contempla un arreglo piramidal que contiene 8 niveles o dimensiones:
#1. Atráeme
El contenido curado para nuestros estudiantes debe ser tal que atraiga el máximo interés en ellos, de manera que los impulse a hacer curaduría de contenidos por ellos mismos. Los contenidos curados por el docente no tienen que circunscribirse de manera estricta al ámbito de lo educativo. Pero si que deben cumplir la condición de ser entretenidos, al mismo tiempo que informe e instruyan a los estudiantes.
#2. Motívame
Con la irrupción de la formación en línea desaparecen motivadores que antaño impulsan a los estudiantes o trabajadores a cumplir con todas las actividades programadas en una capacitación. Por tanto, el docente curador se ve obligado a ejecutar un diseño instruccional que ponga en evidencia cómo encajan los contenidos del curso en determinado contexto o como se relacionan con el rol del estudiante o trabajador en entrenamiento.
#3. Dime
Hay que verificar que el contenido curado que alimenta al diseño instruccional aporte conocimiento nuevo a los estudiantes. Hay mucha curaduría por ahí que sólo transmite información de poca utilidad práctica, es necesario compartir con los alumnos contenidos que fácilmente puedan relacionar con sus actividades cotidianas.
#4. Muéstrame
Es importante que el diseño instruccional se haya realizado de tal forma, que los estudiantes tengan la oportunidad de observar en directo (en tiempo real o en diferido) al docente llevando a cabo las tareas, o explicando los conceptos que pretende transmitir a los alumnos.
#5. Permíteme (déjame hacer)
Al poner en práctica, de ser posible de inmediato, los contenidos que ha expuesto el docente, los estudiantes ponen a prueba su nivel de compresión y sólo en éste momento es cuando fijan el aprendizaje. Recordemos la frase atribuida a Einstein: el aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información. Lecciones interactivas y simulaciones pueden ayudar mucho en este sentido.
#6. Apóyame
Como docentes siempre debemos formularnos la pregunta de si el contenido curado que hemos incluido en el diseño instruccional, ayuda a salvar la brecha entre el saber y el hacer ayudando a los estudiantes a aplicar los conceptos recién adquiridos en sus respectivos contexto o ámbito laboral.
#7. Extiéndeme
Este contenido ayuda al estudiante que desea aprender más poniendo a su disposición otras oportunidades de aprendizaje. Estas podrían explorar los conceptos con más profundidad, o introducir otros nuevos de manera más amplia.
#8. Valórame
Casi cualquier persona es un potencial curador de contenidos, por lo que los estudiantes también tienen la oportunidad de participar en el esfuerzo de curaduría. Ya sea con contenido generado por ellos mismos o que se encuentre en otra parte, es probable que el diseño instruccional alimentado con esos aportes pueda ser útil para otros colegas docentes. Aproveche esta oportunidad proporcionando un mecanismo por el cual cualquiera, pueda contribuir con el mejoramiento de los materiales didácticos.
Conclusión
El marco conceptual para la utilización de la Curación de Contenidos como insumo principal de un diseño instruccional exitoso, propuesto por Ryan Tracey, es claramente un trabajo en desarrollo. No obstante, puede ser de mucha utilidad tenerlo en mente cuando elaboramos la secuencia de temas y actividades de un curso online, por ejemplo. En éste sentido, Tracey propone agregar un nivel adicional #9 Pruébame al estilo de los MOOC que se dictan en muchas plataformas en línea, donde el estudiante tiene acceso libre a todos los materiales del curso y, al final, si necesita la certificación de lo aprendido, paga por el diploma respectivo.
Fuente: el artículo original donde Ryan Tracey (2015) expuso su marco conceptual acerca de la Curación de Contenidos combinada con el diseño instruccional más decenas de comentarios que ha generado, puedes consultarlo en éste enlace.
Fuente:docentecurador.com
1 comentario
Interesante propuesta, me gustaria ejemplifiquen qué es un contenido curado.
Gracias