El cerebro humano es capaz de transformarse notablemente, y no solo en la infancia y en la adolescencia, sino incluso a una edad adulta si se enfrenta a un reto mental lo bastante drástico y duradero, como por ejemplo aprender a leer y escribir con más de 30 años de edad. Además, leer es una capacidad tan nueva en la historia evolutiva humana que la existencia de un “área de lectura” en el cerebro no podría estar especificada en nuestros genes. Algún tipo de proceso de «reciclaje de herramientas» ha que tener lugar en el cerebro mientras aprendemos a leer: las áreas implicadas en el reconocimiento de objetos complejos, como caras, pasan a asumir también la función de traducir letras en lenguaje. Algunas regiones de nuestro sistema visual se convierten por tanto en puntos de contacto entre los sistemas visual y lingüístico.
Hasta ahora se suponía que estos cambios se limitaban a la capa externa del cerebro, la corteza, de la cual se sabe que se adapta rápidamente a los nuevos retos.
Sin embargo, el equipo internacional de Falk Huettig, del Instituto Max Planck para la Psicolingüística, en Nimega, Países Bajos, y Michael Skeide, del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y del Cerebro Humano en Leipzig, Alemania, ha descubierto ahora que también ocurren cambios en el cerebro adulto cuando personas completamente analfabetas aprenden a leer y escribir. Contrastando con suposiciones anteriores, los resultados del nuevo estudio indican que el proceso de aprendizaje lleva a una reorganización que se extiende hasta estructuras cerebrales profundas en el tálamo y el tronco encefálico. El fenómeno relativamente reciente de la escritura humana cambia por tanto regiones cerebrales que son muy antiguas desde el punto de vista evolutivo y que incluso son partes esenciales de cerebros de ratón y de otros mamíferos. Esto demuestra hasta qué punto llega la asombrosa plasticidad del cerebro humano.
El equipo de investigación interdisciplinar hizo los hallazgos analizando sujetos de estudio en la India, un país con una tasa de analfabetismo de alrededor del 39 por ciento. La pobreza aún limita el acceso a la educación en algunos sectores de la India, especialmente en el caso de las mujeres. Por tanto, en este estudio casi todas las personas participantes eran mujeres con más de 30 años. Al principio del adiestramiento, la mayoría de ellas no podía descifrar ni una sola palabra escrita de su lengua materna, el Hindi.