Edith Gómez Benítez
Consultora REDEM – España
El estudio es algo indispensable en los seres humanos en la actualidad. Los gobiernos de la mayoría de los países se encuentran haciendo esfuerzos considerables para erradicar el analfabetismo de sus latitudes y muchos de ellos como Luxemburgo, Liechtenstein, Noruega, Groenlandia y Andorra ya lo han logrado, presumiendo su tasa de 100% de alfabetización. Sin embargo, otros no son tan afortunados como Sudán del Sur, Chad o Níger cuyas tasas no llega ni al 30% de la población alfabetizada, lo cual es una de las múltiples razones de la pobreza extrema en dichos países.
La educación es sin duda una herramienta de crecimiento y desarrollo donde no solamente participa la escuela, sino también la familia. Sobre todo, durante los primeros años de vida y más adelante durante la adolescencia, donde podemos decir que se deben arraigar aun más los valores aprendidos durante la infancia. La educación no se trata solamente de aquellos conocimientos académicos que adquirimos, sino de información que nos haga ser personas útiles para nosotros mismos y para la sociedad.
Como padre puedes darles estas herramientas de Gananci a tus hijos, ya que a la mayoría de los salones de clases aun le falta mucho para estar a la altura de lo que se requiere hoy en la vida real y es responsabilidad de la familia que sus miembros estén bien educados para que formen parte de una sociedad sana. La mayoría del tiempo hablamos de “la sociedad” como algo negativo y que, además, es ajeno a nosotros. Pero la realidad es que nosotros formamos parte de ella y cada una de las familias aporta su grano de arena en la construcción de la misma.
Esto quiere decir que, si “la sociedad” está fallando, el problema viene desde la educación en los hogares porque son estos los encargados de formar a los miembros de la sociedad desde sus estados más vulnerables. Esta responsabilidad debe ser asumida y también debe existir un sistema -o al menos campañas- que le recuerden esto a las personas para que se mantenga presente en sus mentes al momento de comenzar una familia.
Por supuesto que se trata de un reto y de un trabajo que requiere tiempo, esfuerzo y dedicación, pero ¿Quién dijo que las cosas buenas e importantes se obtienen fácilmente? Si fuera así nadie tendría que esforzarse porque todo lo obtendrían de manera sencilla.
Ahora que tienes más presente esta responsabilidad educativa que comienza en casa, mira a continuación algunas maneras en que puedes canalizar la educación de tus niños desde casa, enseñándoles valores y principios que les acompañarán durante el resto de sus vidas.
-Conversa: los niños son muy inteligentes y si hablas con ellos explicándoles desde un lenguaje sencillo, directo y apropiado para su edad, lo más probable es que entiendan mucho mejor lo que quieres que hagan. Por ejemplo, si quieres que tu hijo haga sus tareas antes de ver su programa favorito, en vez de regañarle porque prende el televisor antes de tiempo, optan por explicarle la importancia de dar el 100% en cada una de las cosas que hace.
Recuérdale que muchas veces hay cosas que incluso tú no quieres hacer, pero eso no significa que las dejarás de lado, sino que te esforzarás al llevarlas a cabo igual que si fuera tu actividad favorita, para luego poder hacer eso que te relaja y sentirte satisfecho al respecto. A los niños pequeños les encantan las explicaciones, seguramente si tienes uno has notado que su fase favorita comienza con un “¿Por qué…?”
Puede que ciertas cosas debas explicarlas varias veces, ahí es donde debes armarte de paciencia y buscar otras maneras o palabras para explicar, porque puede que quizá la razón por lo que no hayan comprendido anteriormente es que hayas hecho una elección de palabras poco apropiada para ellos.
–Demuestra con tu ejemplo: si quieres enseñarles a tus hijos a ser agradecidos, a tomar responsabilidad de sus acciones y a ser seguros de sí mismos, pero tú no eres ni haces ninguna de esas cosas, estarán todos en graves problemas. Principalmente los pequeños quienes percibirán señales confusas de tu parte y se les dificultará mucho más aprender.
Los padres son los héroes de sus niños cuando están muy chicos y si las acciones no son coherentes con su discurso, ellos no sabrán a cuál de los dos prestar más atención y lo más probable es que deban decir qué hacer por sí solos y quizá su elección o sea la más sabia.
-Estimula el hábito de la lectura: esto es muy importante, si tu hijo aun no lee puedes leerle pequeñas historias. Esto hará que se fortalezca la relación a la vez que muestras la lectura no como algo obligatorio sino divertido que ellos no se verán “obligados” a aprender, sino al contrario querrán hacerlo para volverse parte de eso.
Una vez tus hijos aprendan a leer puedes estimular el hábito de la lectura eligiendo títulos entretenidos, pero con moralejas para que ellos pongan a trabajar su imaginación a la vez que aprenden. No escojas cuentos solo porque son infantiles. Escoge los que creas que dejarán una mejor enseñanza además de ser disfrutados por tus hijos. Después de que los lean, pregúntales qué les gustó del libro y guíalos para que desarrollen su intelecto.
También puedes dejar pequeños papeles o post-its por la casa para que tus hijos los lean y se recuerden o aprendan cosas importantes como lecciones que quieras darles. Por ejemplo, puedes escribir “decimos por favor cuando pedimos algo”, “antes de comer agradecemos por nuestros alimentos”, “somos personas ordenadas y hacemos la cama al levantarnos”.
Otra buena idea es que ellos mismos puedan empezar a escribir sus propios post-its con lo que han aprendido durante el día o para recordar cosas importantes.
Estas son maneras disciplinadas para que ellos puedan aprender de manera más eficiente aquello que tratas de enseñarles. No hay que ser demasiado estrictos ni quitarles la diversión, el secreto es que haya un equilibrio y saber canalizar la energía.