Para un adolescente, escribir cuentos o poesías puede ser mucho más que un simple pasatiempo. A partir de esta práctica, los jóvenes regulan sus emociones, potencian su empatía y desarrollan nuevas habilidades.
La escritura creativa permite a los adolescentes potenciar su imaginación. Además, los ayuda a expresar sus pensamientos y emociones sin la necesidad de exponerse ante los juicios de los demás. Incluso, tampoco necesitan estar preocupados por la gramática o la ortografía. Aquí el valor es otro: la originalidad.
¿A qué llamamos escritura creativa?
Existen diferentes tipos de escritura. Cada cual cuenta con objetivos y funciones determinadas. Por ejemplo, la periodística sirve para informar sobre hechos concretos, mientras que la académica resulta útil para transmitir ideas argumentativas para la investigación. Estos estilos de redacción incluyen una serie de criterios y especificaciones que se deben acaparar para alcanzar una producción acertada.
En cambio, la escritura creativa supone una libertad que atrae a niños, jóvenes y adultos. En este caso, resulta difícil definir una función específica que vaya más allá del mero disfrute. Podríamos decir que se trata de un juego sin reglas y sin ganadores o perdedores.
Pero esto no significa que la escritura creativa es solo un pasatiempo. También, puede representar la mayor herramienta a nivel profesional: es el tipo de escritura que emplean los poetas, los dramaturgos, los guionistas de cine o televisión y los escritores de cuentos, novelas o copywriters. Por este motivo, los adolescentes interesados por esta actividad, pueden encontrar aquí una posible salida laboral para el futuro.
Descubre los beneficios de la escritura creativa en adolescentes
Es de público conocimiento que leer brinda importantes beneficios a los seres humanos. El hábito de la lectura reduce el estrés, ayuda con el insomnio y mejora la plasticidad neuronal. Pero poco se habla de cómo la escritura contribuye con el bienestar: escribir hace bien.
Desarrolla habilidades lingüísticas
Este estilo de escritura no exige recursos lingüísticos y literarios específicos. Sin embargo, no deja de ser un espacio de práctica en donde los adolescentes potencian sus habilidades asociadas con la lectoescritura y el lenguaje en general. Además, logran ampliar su vocabulario, mejorar su gramática y su capacidad de poner en palabras el pensamiento de un modo comprensible y coherente.
Potencia la imaginación y la resolución de problemas
Al momento de escribir un texto creativo, los jóvenes recurren a experiencias personales, recuerdos, conocimientos adquiridos o a historias ajenas. Así, deben hacer uso de su imaginación para crear algo original que no necesariamente debe ser asombroso o surreal. Por ejemplo, una historia simple o un poema breve puede ser creativo.
Otro de los beneficios que los adolescentes obtienen de este tipo de escritura, es que favorece la resolución de problemas. A partir de un pensamiento crítico e innovador, los jóvenes escritores logran dar ciertos giros a sus historias para que sus personajes resuelvan algún conflicto. Incluso, para solucionar un inconveniente derivado del proceso de escritura.
Puede ser útil para la regulación emocional
Las emociones están íntimamente vinculadas a las palabras. Gracias al lenguaje, las personas somos capaces de expresar con claridad lo que sentimos y lo que pensamos. De esta manera, nos entendemos mejor entre nosotros. Las palabras nos permiten nombrar aspectos profundos y abstractos que forman parte de la experiencia humana.
De hecho, la escritura es una herramienta terapéutica de valor. Al hacer uso de personajes ficticios, los adolescentes pueden plasmar en un papel sus propias emociones. Esto les permite alcanzar una sensación de desahogo significativa. De esa forma, las representaciones simbólicas lo pueden ayudan a elaborar conflictos internos.
Estimula la empatía
La escritura creativa potencia el sentido de la empatía en los adolescentes, ya que los incita a ponerse en el lugar de los personajes y a ver el mundo desde diferentes perspectivas. A partir de la creación de los mismos, comprenden el valor de la diversidad, pues entienden que cada quien cuenta con una personalidad diferente, lo cual no los hace mejores ni peores.
Además, pueden crear mundos alternativos que no necesariamente coincidan con sus contextos de referencia. De esta manera, la imaginación se despliega a niveles impensados. Por su parte, la heterogeneidad se presenta desde un lugar empático y respetuoso.
Un espacio seguro en un momento de caos
Generalmente, la etapa de la adolescencia se vive con intensidad. La calma y la tranquilidad no es asunto de todos los días. La sensación de desorganización es esperable en este momento: los jóvenes atraviesan una serie de transformaciones físicas y psicológicas de las que no están preparados para asimilar.
En este escenario inestable, la escritura creativa puede brindar cierta serenidad. ¿Por qué? Porque no existen restricciones al momento de escribir un texto, sino que todo es válido. En algún punto, la ficción permite nombrar pensamientos con absoluta libertad. Allí no hay juicios, mandatos ni exigencias. Los adolescentes, inundados por el caos, pueden encontrar en esta actividad un espacio seguro.
Fuente: Sharon Capeluto /eresmama.com
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