El método TEACCH ofrece las condiciones en el aula para que los niños con autismo puedan aprender, desenvolverse de forma autónoma y mejorar su calidad de vida. Te contamos en qué consiste.
Por lo general, entendemos que la educación es única y homogénea, por lo que los alumnos deben adaptarse a los requerimientos del centro. Sin embargo, el objetivo es el contrario: maestros y educadores han de conocer y aplicar diversas metodologías para responder a las necesidades de los estudiantes. A este respecto, hay opciones como el método TEACCH que pueden ser de gran ayuda para niños con trastorno del espectro autista (TEA).
En realidad, es una metodología que puede resultar útil también para otros niños con necesidades especiales y problemas de comunicación. Además, puede emplearse tanto en aulas ordinarias como en aquellas específicas para la educación especial. El objetivo es fomentar la autonomía y el funcionamiento diario de los menores para que se adapten al espacio escolar y se desenvuelvan mejor en el hogar y en diferentes ámbitos cotidianos.
Si quieres conocer conocer más acerca de esta interesante propuesta, te invitamos a seguir leyendo.
¿Qué es el método TEACCH?
TEACCH son las siglas de “Training and Education of Autistic and Related Communication Handicapped Children”. En español, esto vendría a significar “Tratamiento y Educación de Niños con Autismo y Problemas Asociados de Comunicación”. Este método fue ideado por el psicólogo Eric Schopler en la década de los 70, con el fin de entender las necesidades propias del autismo y darles respuesta en los ámbitos educativos.
Tras varias investigaciones, Schopler encontró que la mejor forma de apoyar el desarrollo de los niños con TEA es ofrecer una enseñanza estructurada y basada en apoyos visuales. Además, enfatizó la importancia de la colaboración entre la familia y la escuela, a fin de que los padres pudieran continuar con el trabajo en el hogar de forma apropiada. Así, el método TEACCH llegó a implementarse a gran escala con muy buenos resultados.
¿En qué consiste el método TEACCH?
El método TEACCH es un tipo de enseñanza estructurada que se logra, principalmente, al atender a tres elementos: espacio, tiempo y sistema de trabajo. Analizamos cada uno de esos puntos a continuación.
1. Espacio
El aula está organizada por espacios bien definidos y delimitados, dedicados a diferentes actividades. De una forma similar a lo que ocurre en las aulas de educación infantil, cada rincón está destinado a un fin específico y hay al menos un pictograma que indica la actividad a desarrollar en ese lugar. También, puede haber zonas destinadas al trabajo independiente, al grupal, al ocio o al uso del ordenador, entre otros.
Además, se busca ayudar a los alumnos a entender la organización espacial y a seguir una secuencia. Por ejemplo, de arriba hacia abajo o de izquierda a derecha. Esto les permite trabajar con mayor orden y comodidad.
2. Tiempo
El tiempo también se estructura apropiadamente. Con esto, se busca ayudar a los niños a entender que toda tarea comienza y finaliza. Es decir, que tiene una duración determinada y preestablecida. Para esto, pueden utilizarse apoyos como cronómetros o relojes de arena.
Además, es importante emplear agendas visuales que permitan a los menores entender la organización de la jornada y poder prever qué actividades se realizarán y en qué orden. Esto ayuda a evitar la frustración y a minimizar el estrés que puede suponer el cambio de actividad o la incertidumbre.
3. Sistema de trabajo
Los pictogramas y apoyos visuales son la guía en el aula, ya que ayudan a los alumnos a desenvolverse de forma más autónoma. Gracias a estos apoyos entienden qué hacer y cómo hacerlo, y pueden seguir una misma estructura y entendimiento pese a cambiar de actividad. Los materiales están bien organizados en bandejas, recipientes, cajoneras o cestas, que siguen un orden lógico. Además, se utilizan colores, formas y etiquetas que orienten y faciliten el uso.
Otras pautas importantes
Además de lo anterior, hay otros principios importantes que rigen la aplicación del método TEACCH. Como decíamos, la familia forma parte importante del proceso terapéutico y debe ser conocedora de la metodología para colaborar en su aplicación. Además, se realiza un plan y una atención individualizada.
Es importante evitar el aprendizaje por ensayo y error, ya que esto puede entorpecer el proceso. Por el contrario, se busca favorecer las condiciones para que los alumnos puedan acceder a los logros y objetivos propuestos. A este respecto, se hace especial énfasis en la motivación y se utilizan frases cortas e instrucciones claras, que no den lugar a dudas o ambigüedades.
Se busca que los niños puedan concentrarse en la tarea de forma autónoma e independiente, sin tener que ser constantemente reorientados por los adultos. De hecho, la ayuda solo se proporciona en momentos precisos y cuando es necesaria.
El método TEACCH ofrece múltiples beneficios
El método TEACCH ha demostrado ser eficaz y contribuir con diversos propósitos. Por ejemplo, mejora las habilidades sociales y comunicativas de los niños y les permite establecer mejores relaciones sociales. Además, los ayuda a ser más independientes y autónomos y a funcionar y desenvolverse de mejor forma en sus entornos cotidianos. También, reduce la frustración y, con ello, el malestar emocional asociado con las dificultades de adaptación en diferentes contextos.
Esta forma de enseñanza es efectiva a la hora de reducir la manifestación de los síntomas de autismo y los problemas de conducta. Al mismo tiempo, propicia la adquisición de habilidades de aprendizaje. Por lo mismo, favorece la adaptación y la integración de los niños en las aulas y evita la institucionalización.
En definitiva, el método TEACCH ayuda a los niños a darle un significado a su mundo, a sentir que existe un orden en su día a día y así poder afrontarlo y aprender con mayor motivación y calidad de vida. Incluso, beneficia a padres y docentes al reducir sus niveles de estrés. Por todo lo anterior, es una metodología efectiva y recomendada.
Fuente: Elena Sanz Martín / eresmamá.com