Fernando Reimers, director del Programa de Política Internacional de Educación de la Universidad de Harvard, habló sobre los desafíos del sistema educativo y su experiencia como docente en una de las mejores universidades del mundo.
SEMANA EDUCACIÓN (S.E.): ¿Cuál es la estrategia de Harvard para formar a los mejores profesionales?
FERNANDO REIMERS (F.R.): La institución comprende tres entidades académicas diferentes en sus propósitos y autónomas entre sí: los estudios de pregrado en Harvard College, los estudios de postgrado académico en la facultad de Artes y Ciencias y los estudios de posgrado en las doce escuelas profesionales. Cada una tiene programas propios de selección y currículo con los que forman a estudiantes para ser líderes en sus respectivos campos de preparación. Por ejemplo, en el programa de maestría en políticas educativas que dirijo, donde recibimos unas ochenta personas anualmente, los estudiantes han tenido experiencias profesionales diversas en educación en múltiples países del mundo. Durante la maestría, toman cursos en política educativa los cuales incluyen oportunidad de realizar trabajos de asesoría con líderes en instituciones de gobierno, así como presentar sus trabajos en conferencias donde son discutidos también por líderes. Algunos también tienen que desarrollar un plan para crear una institución educativa. Las pedagogías en los cursos son diversas e incluyen desarrollo de proyectos, métodos de casos, actividades extracurriculares y metodologías de aprendizaje activo y centrado en los estudiantes.
S.E.: ¿Con qué habilidades deben contar las personas que quieren optar por ser parte de la universidad?
F.R.: Harvard es una institución selectiva de 22.000 estudiantes. Los requisitos de admisión varían de acuerdo con los propósitos de cada unidad académica. Por ejemplo, en el programa de maestría de Políticas Educativas es importante tener experiencia profesional, lo cual no es esencial en otros posgrados. En general los comités de admisión se aseguran de que los candidatos tengan las capacidades para tener éxito en sus estudios y vocación para hacer una contribución significativa en su campo profesional. Estos comités estudian cuidadosamente el desempeño académico de quienes se presentan, los ensayos en los que describen sus aspiraciones profesionales, las cartas de recomendación y su desempeño en las pruebas estandarizadas de razonamiento y, para quienes no hablan inglés como primera lengua, en las pruebas que demuestran su competencia en ese idioma. Yo animaría a más estudiantes de Colombia a presentarse a los programas de Harvard porque la única manera cierta de conocer qué posibilidades tiene un candidato de ser admitido es postulándose.
S.E.: ¿Qué estrategias deben impulsar los gobiernos y la academia para incidir en la mejora de la calidad de la educación?
F.R.: En la tarea de lograr una educación relevante y personalizada para cada estudiante, se requieren esfuerzos y presupuesto que excedan los recursos de las instituciones, por lo que se hace necesario crear redes de mejoramiento educativo formadas tanto por un grupo de escuelas como por un grupo de universidades, y promover asociaciones entre estas redes y otros actores. El objetivo de estas uniones debe ser generar conocimiento sobre cómo mejorar la educación y traducirlo en tecnologías que permitan difundir nuevas prácticas que incluyan programas de estudio adecuados, pedagogías efectivas e innovadoras, materiales de instrucción efectivos, profesores bien formados, una gestión y organización que apoye la efectividad y la innovación continua y los recursos financieros para sustentar este sistema de educación. Las alianzas entre escuelas, universidades y gobiernos son una de las varias formas posibles de articular estos elementos. Las universidades pueden participar en el desarrollo de currículo y de materiales y tecnologías educativas, en alianza con profesores y directivos en redes educativas, mientras que los gobiernos pueden facilitar la articulación y los recursos.
S.E.: ¿Hay una falta de articulación entre la academia y el sector productivo en estos momentos?
F.R.: Las universidades juegan un rol muy importante, no solo para desarrollar los recursos humanos para las demandas del sector productivo, sino para preparar a los líderes sociales, políticos y los que crearán nuevas empresas. Las universidades son esenciales como lo es la escuela pública y la democracia. Es fundamental que las comunidades universitarias creen vasos de comunicación fluidos con el resto de la sociedad y que resistan la tentación de mirarse el ombligo. Tienen que asumir su responsabilidad histórica con el fin de impulsar el progreso social sobre la base de los valores democráticos de la libertad y de la igualdad. Para lograrlo, deben no solo educar a los estudiantes universitarios, sino asumir su tarea de educar al resto de la sociedad en temas que requieren del saber experto que se genera al interior de las universidades. Es la única forma de inocular a los ciudadanos contra demagogos que promueven la ignorancia y el antiintelectualismo.
S.E.: ¿Cuál es el estado de la educación en el mundo?
F.R.: Hay grandes esfuerzos en muchas partes del mundo por hacer que las escuelas sean cada vez más efectivas y más relevantes y para que, verdaderamente, empoderen a los jóvenes para convertirse en arquitectos de sus propias vidas y personas con la capacidad y el deseo de mejorar las comunidades de las que forman parte. La hiperconectividad del mundo en que vivimos nos permite hacer de la innovación educativa un verdadero laboratorio global que acelere el ritmo con el que podemos aprender. La tarea de educar es una de las profesiones de mayor importancia para el futuro de la humanidad.
S.E.: ¿Qué competencias y habilidades necesitan las nuevas generaciones?
F.R.: Las que les permitan desarrollar un proyecto de vida como agentes de mejoramiento de las comunidades de las que forman parte por la vía de la creación, el trabajo productivo y la participación social y cívica. Con varios de mis estudiantes he desarrollado dos programas de estudios para el desarrollo de la ciudadanía global que ejemplifican cómo un currículo puede estar alineado con propósitos de desarrollo sostenible.
S.E.: ¿Cómo debe ser la educación del futuro?
F.R.: Es muy importante que la educación a todos los niveles prepare a los estudiantes para comprender el mundo en el cual viven, para discernir cómo vivir con sentido y para encontrar formas de contribuir al mejoramiento de las comunidades de las que forman parte, desde sus familias, sus vecindarios, sus ciudades, sus países y la comunidad mundial. Dado que el mundo en que vivimos cambia continuamente, en buena parte porque el desarrollo de tecnologías basadas en la ciencia han extendido la duración de la vida humana y han cambiado las formas de producir bienes y servicios, es esencial que las instituciones educativas mejoren continuamente su capacidad de ofrecer una educación relevante a estas nuevas realidades. La educación debe reconocer la individualidad de cada estudiante, tanto en sus intereses como en su estilo y capacidad de aprendizaje, y ofrecer oportunidades personalizadas para que cada persona desarrolle su máximo potencial.
Fuente: Semana.com