Nuestras habilidades en el trabajo nos ayudan a crecer profesionalmente, y en este camino de seguir creciendo podemos encontrar distintos problemas que impidan seguir avanzando, algunas de las más comunes, pero también de las ignoradas son las emociones y la toma de decisiones.
Es común tener un mal día en la escuela o en el trabajo, las emociones que generan un mal día se suelen ignorar o no tomar la importancia debida, y esto puede traer consecuencias con el tiempo, como también podemos solucionarlo o afrontar este mal día correctamente, ya que los sentimientos y/o el carácter de estas emociones generan un impacto en nuestro rendimiento, y las habilidades por más buenas que sean, estas pueden decaer.
Para comenzar a tener un mejor manejo de las emociones, podemos poner en práctica ciertas actividades que, haciéndolas de manera correcta, obtendremos el autocontrol emocional. Como primera actividad tenemos que fomentar la comunicación, es importante señalar que como personas que realizamos diversas actividades no siempre estamos con todos los buenos ánimos y por ende su rendimiento no sea el esperado. Por ello, la importancia que dirigentes de instituciones u organismos comprendan y brinden el apoyo necesario para que sus colaboradores sientan que pueden recuperarse en periodos de decaimiento.
Otra actividad es utilizar la técnica de Mindfulness, los ejercicios mentales de esta técnica ayudan mucho en el control de las emociones. Debemos poner un límite de trabajo, ya que, al no tener nuestras habilidades al máximo, no podemos realizar todo el trabajo proyectado, habiendo retraso para su correcto desarrollo.
Este control de emociones se puede seguir desarrollando así no estemos en nuestro centro de labores ya que nos van a ayudar en el día a día mejorando nuestro estilo de vida, siendo esto favorable para nuestro entorno. Igualmente, se pueden adquirir otras herramientas psicológicas para el autocontrol que nos favorezcan en la adaptación y desarrollo de nuestras labores.
Para la toma de decisiones también influye la forma de afrontar y solucionar un problema que puede ser o no originado debido al poco control de las emociones, ya que para este proceso de la toma de decisiones debemos ser flexibles y tener la capacidad de adoptar diferentes enfoques. Para ello, tengamos en cuenta puntos claves para afrontarlos como tener el manejo de información viable, hacer frente a los retos ya sea como problema o como oportunidad, analizando la incertidumbre y los riesgos de cada decisión que podamos optar y determinar los métodos adecuados.
Fuente: Redem
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Buenas reflexiones en los artículos publicados