La pedagoga María Montessori fue la primera mujer que, salvando todas las dificultades que han de superar las pioneras, se licenció en Medicina en Italia en 1896.
Los principales representantes de la Escuela Nueva fueron médicos. Hay que tener en cuenta que no existían la pedagogía ni la psicología. Personas formadas en Medicina se dedicaron al estudio del niño, investigaron las fases de su desarrollo, sus necesidades y su manera de interpretar la realidad. Las teorías de Jean Itard, el médico que educó a Víctor, «el niño salvaje de Aveyron» y de Édouard Séguin, psiquiatra, especialista en educación de los que entonces se denominaban ‘sujetos retrasados’, fueron la base de la que partió María Montessori (Chiaravalle, 1870–Holanda, 1952) para desarrollar su método educativo. Montessori fue la primera mujer que, salvando todas las dificultades que han de superar las pioneras, se licenció en Medicina en Italia en 1896. Cuentan que para ponérselo más difícil le exigían hacer prácticas de anatomía con los cadáveres a ella sola y cuando ya era de noche. Al terminar sus estudios, creó la Escuela Estatal de Ortofonía. En este centro comenzó a trabajar con niños ‘anormales’ y llegó al convencimiento de que su problema no era médico, sino educativo y solo la educación, los adecuados estímulos ambientales, el respeto de sus ritmos, el encuentro personal con cada uno de ellos permitiría que avanzaran en su desarrollo intelectual y social. Además, concluyó que su sistema de trabajo y el material que empleaba podían aplicarse a la educación de párvulos. Se doctoró en Antropología y en 1904 obtuvo la cátedra de esta disciplina. Con la inauguración de la Casa dei Bambini en Roma comenzó su proyección internacional. Nueve años después, organizó y dirigió en Barcelona el Seminari–Laboratori de Pedagogía. Durante dos años repartió su tiempo entre Estados Unidos y Barcelona. En 1934 abandonó la Italia fascista y se instaló en España donde vivió hasta unos meses antes del comienzo de la Guerra Civil.
Un aula de cristal
El día de Reyes de 1907, como si se tratara de un regalo más de los Magos de Oriente, se inauguró la primera Casa de los niños en el barrio de San Lorenzo en Roma. Montessori descubrió el mundo interior de los niños. Aplicó la pedagogía científica basada en la observación. Convencida de la importancia de los sentidos en el desarrollo cognitivo, diseñó materiales que favorecían la libre manipulación y experimentación del niño. En 1913, invitada por Graham Bell y su hija, viajó a Estados Unidos y abrió la primera Casa dei Bambini de América. En 1915, durante la Exposición Universal de San Francisco, Montessori instaló un aula con paredes de cristal para que el público pudiera ver cómo trabaja un grupo de cuarenta niños de 3 a 6 años. Hasta ese punto llegaba su confianza en sus métodos educativos.
Fuente: heraldo.es