Muchos padres primerizos piensan aún que los bebés deberían desarrollarse a su ritmo, y que no se les debería estimular a hacer cosas para las que todavía no están listos.
Según la neuróloga Audrey van der Meer, profesora de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, esta mentalidad era la vigente a principios del siglo pasado, cuando los profesionales de la pediatría y de la salud en general estaban convencidos de que nuestros genes determinan lo que somos, y que el desarrollo infantil ocurría independientemente de la estimulación a la que estuviese expuesto un bebé. Creían que era peligroso acelerar el desarrollo, porque este debía avanzar de forma natural.
Esta vieja teoría del desarrollo contrasta con las investigaciones modernas sobre el cerebro, que muestran que una estimulación temprana proporciona beneficios en el desarrollo cerebral, incluso entre los más jóvenes.
Los últimos resultados en una línea de investigación en la que trabaja el equipo de Van der Meer muestran que las neuronas en los cerebros de los niños muy jóvenes aumentan rápidamente de número y en cuanto a especialización a medida que el bebé aprende nuevas habilidades y aumenta su movilidad. Las neuronas en los niños muy jóvenes forman hasta mil nuevas conexiones por segundo.
El trabajo de Van der Meer muestra asimismo que el desarrollo de nuestro cerebro, el de la percepción sensorial y el de las habilidades motoras, suceden en sincronía. Ella cree que incluso los bebés más pequeños deben ser estimulados (a un nivel apto para su edad) desde que nacen. Dicho de otro modo, la exploración del mundo a su alrededor impulsa el desarrollo de su mente y de sus sentidos.
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Excelente articulo