Gregorio Pérez Orozco
Consultor REDEM – México
Introducción
Los seres humanos, a lo largo de nuestra existencia, hemos aprendido a sobrevivir en el medio ambiente tan diverso que el mundo ofrece que la adaptación a este no es sencilla. Físicamente para el hombre y la mujer se ha presentado un gran reto, sin embargo, hasta el momento lo hemos logrado, nos hemos adaptado. Pero, ¿gracias a qué, a la continuidad en la vida? sencillamente a la sabiduría natural de nuestro cuerpo y a los procesos más básicos, como son los procesos cognitivos.
Procesos cognitivos
Papalia (1987) define a la psicología como “el estudio científico del comportamiento y de los procesos mentales”. Analizando el concepto de “procesos mentales”, en primera instancia proceso se define como es un conjunto de pasos sucesivos de un fenómeno; y, mentales como propio de la mente, es decir, del cerebro, luego entonces los procesos mentales pueden entenderse como los fenómenos intangibles que suceden en el interior del cerebro.
Puentes (2003) concibe a la mente como “una entidad que no se limita a recibir información que le llega del medio interno y externo, sino que la información es elaborada”, es decir, la mente no sólo es el receptor de la información que el organismo le envía, sino que con ella lleva a cabo procesos o funciones, como menciona Álvarez (2005), que determinan el tipo de ajuste de cada individuo en su entorno.
La psicología cognitiva, particularmente, se encarga del estudio de los procesos mentales, o también llamados procesos cognitivos que hacen posible al hombre reconocer, planificar, ejecutar, pensar, tomar decisiones y sobre todo, sobrevivir. Los procesos que abarcan el área cognitiva de la conducta humana son complejas y variadas, como: la sensación, la percepción, la atención, la memoria, el aprendizaje y las emociones.
Fuente: ODAEE, Conferencia de Liderazgo en Panamá.
¿Qué es una sensación? Coon (2005) escribe; “la información que procede de los órganos sensoriales produce sensaciones” (p.93) y Berger (2007) dice que es una “respuesta de un sistema sensorial cuando detecta un estímulo” (p.146), hasta aquí queda claro que la sensación se produce al ser estimulados los órganos del sistema sensorial (modalidades sensoriales). Ahora bien, los órganos del sistema sensorial están adaptados, a través de neuronas, para hacerse cargo de su propio estímulo y cumplen la función de traducir la información en un impulso nervioso electroquímico. De esta forma todos los estímulos logran ingresar en el cerebro y procesar la información.
Existen diversas modalidades sensoriales por las cuales percibimos el mundo externo, Swartz (1966) establece cuatro de ellas: la visual, la auditiva, la gustativa y la olfativa. Cada una sensible a un tipo de estímulo: la visual a la radiación luminosa, la auditiva a la energía sonora (vibratoria), la olfativa a partículas de sustancias volátiles, y la gustativa a sustancias en solución. Y cuando percibimos los estímulos, estas modalidades entran en función de manera conjunta, y la interpretación de esos estímulos proporciona una percepción del objeto que genera los estímulos.
Percepción. Se ha creído que la realidad que percibimos es completamente idéntica a la realidad que nos rodea, creemos que poseemos una cámara fotográfica o una audiograbadora interna que se apodera de la realidad externa tal cual es, pero muy por el contrario, las percepciones que creamos son muy diferentes y particulares. Cada individuo, cada cerebro, obtiene una representación de la realidad con distintas características inherentes a la propia percepción personal, grupal o del contexto que rodea al individuo
Whittaker (1976) menciona que la percepción es “un mero reflejo en un espejo del mundo proporcionado por los sentidos” (p.327) y Forgus (1989) dice que es un “proceso mediante el cual un organismo recibe o extrae cierta información acerca del ambiente.” (p.9) es decir, lo que percibimos es el reflejo del mundo que nos rodea y lo hacemos a través de procesos en los que se involucran nuestros sentidos.
La percepción, dice Mestres y Palmero (2004), es uno de los procesos psicológicos básicos más importantes, pues está en la base de nuestra capacidad para desenvolvernos en el mundo y se puede entender como:
Una compleja transformación de los efectos que los estímulos ejercen sobre nuestros sistemas sensoriales en información y conocimiento sobre los diferentes elementos, objetos y entidades de nuestro ambiente. (p.27)
Smith (1984) menciona complementa que “es la combinación de procesos por los cuales el sistema nervioso actúa en los datos iniciales, los organiza e interpreta para crear (…) experiencia” (p. 171), esta definición involucra ahora al sistema nervioso, es decir, ya se habla de procesos fisiológicos; al igual que Sperling (1976) que hace mención de ello en su definición, en la que lo propone como “el acto de interpretación de un estímulo, recibido por el cerebro por medio de uno o más mecanismos sensorios” (p.47).
La percepción, entonces, es una combinación de procesos en los cuales se organiza e interpreta la información que obtenemos del mundo, por medio de los estímulos que éste proporciona, y que reciben nuestros sentidos o modalidades sensoriales. Pero para poder organizar e interpretar la información, primero debe existir una selección, la cual nos la proporciona el proceso de atención.
La atención en nuestro organismo se encuentra expuesto, desde que nace, a un sin número de estímulos del medio ambiente y nuestros órganos sensoriales realizan la labor de llevar esa información a nuestro cerebro, pero no se manda todo el cúmulo de información pues nuestro cerebro no es capaz de controlarla; para ello, se requiere un “sistema de control de la actividad mental” (Mestres y Palmero, 2004 p.72) el cual envía la información de forma dosificada, por decirlo así, de una forma administrada en dónde se le da prioridad a ciertos estímulos, es decir, se selecciona. A esto, Swartz (1966) dice que “el proceso de la selección de objetos constituye lo que designamos como un acto de atención.” (p.264)
Coon (2005) define la atención como “el hecho de concentrarse voluntariamente en un estímulo sensorial específico” (p.150), en lo cual concuerda Tejero (1999, en Fernández, 2005) cuando dice que “la atención puede definirse como el mecanismo cognitivo mediante el que ejercemos control voluntario sobre nuestra actividad perceptiva, cognitiva y conductual, entendiendo por ello que activa/inhibe y organiza las diferentes operaciones mentales requeridas para llegar a obtener el objetivo que pretendemos y cuya intervención es necesaria cuando y en la medida en que estas operaciones no pueden desarrollarse automáticamente.” (pp. 52-53) por lo que la atención es el control que ejerce nuestro organismo sobre nuestros órganos sensitivos, y con éste se logra la capturar la información obtenida de estímulos específicos.
Lo que llama la atención de nuestros órganos sensitivos, es el cambio en los estímulos que no sufren de variaciones y que pasan a un segundo plano, es decir, forman parte de un fondo, ayudando a resaltar los estímulos no estacionarios convirtiéndolos en figura, por lo que los estímulos que se convierten en figuras, generalmente son almacenados en un área específica del cerebro para su aplicación posterior, es aquí cuando hablamos de memoria.
La memoria, es una palabra que describe la adquisición de información que obtenemos de la exposición al medio ambiente y que regula la conducta presente y futura.
Mestres y Palmero (2004) definen memoria como un “proceso por medio del cual codificamos, almacenamos y recuperamos información. (p103). Coon (2005) la define como “un sistema que recibe, codifica, guarda, organiza, modifica y recupera información”, con los cuales coinciden Álvarez y Trápaga (2005) cuando definen la memoria como “el proceso neurocognoscitivo que permite registrar, codificar, consolidar, almacenar, acceder y recuperar la información y, igual que la atención, constituye un proceso básico para la adaptación del ser humano al mundo que lo rodea. Sin información del pasado es imposible vivir el presente y proyectarse al futuro. (p.117)
Entonces, se puede definir como memoria al proceso que, realizando funciones como: registrar, codificar, consolidar, almacenar, etc.; ayuda al individuo en su adaptación al medio, así como a la planeación, elección y formulación de decisiones.
Los seres vivos se encuentran en constante exposición a estímulos, el cerebro almacena la información que en un futuro próximo podrá utilizar en el momento en que se encuentre frente a un estímulo similar, es aquí cuando se ha generado un aprendizaje.
Para Fernández-Abascal (2005) define el aprendizaje como “un cambio relativamente permanente de los mecanismos de la conducta, debido a la experiencia con los acontecimientos del medio” (p.108), muy similar es la concepción de Domjam (2002) en Mestres y Palmero (2004) en el que dice es “un cambio relativamente permanente en la capacidad para realizar una conducta debido a la experiencia con determinados eventos ambientales relacionados con esa conducta en particular” (p.78), y Papalia (1987) lo define como “un cambio relativamente permanente en el comportamiento, que refleja una adquisición de conocimientos o habilidades a través de la experiencia” (p. 164), aunado a lo anterior, Pizarro (2003) lo define como “un proceso de adquisición por el que se incorporan nuevos conocimientos y/o nuevas conductas y formas de reaccionar al ambiente” (p.169)
En suma, de las definiciones mencionadas rescato algunas palabras de un alcance importante como cambio, relativamente, conducta, experiencia y ambiente, con las cuales se propone definir aprendizaje como un cambio en la conducta relativamente permanente y causada por la experiencia de la interacción con el medio ambiente.
Conclusiones
La psicología, como muchas otras ciencias (neurología), ha irrumpido en el estudio de los procesos básicos de la psique, con intención de conocer, desde las bases, el comportamiento humano en la adquisición del conocimiento de los procesos mentales, con un alcance parcial debido a que siendo procesos intangibles, es complejo su estudio y medición y hasta los procesos cognitivos que hacen la convivencia de los seres vivo, del ser humano específicamente, más sencilla y segura derivado de un aprendizaje empírico continuo, sustentado en conocimiento científico.
Referencias
Álvarez Gonzáles A. M. y Trápaga Ortega M. (2005) Principios de neurociencias para psicólogos Ed. Paidos Argentina
Coon Dennis (2005) Fundamentos de Psicología 10a ed. International Thomson Editores, S.A. de C.V. México
Berger Kathleen (2007) Psicología del desarrollo. Infancia y adolescencia. 7a. ed. Editorial médica panamericana España
Fernandez-Abascal Enrique et. al. (2005) Procesos psicológicos Ed. Ediciones Pirámide España
Forgus, Ronald H. y Melane, Lawrence E. (1989) Percepción: Estudio del desarrollo Cognoscitivo 2ª. ed. Trillas: México
Mestres Nava J.M. y Palmero Cantero F. (2004) Procesos psicológicos básicos. Una guía académica para los estudios en psicopedagogía, psicología y pedagogía. Mc Graw Hill España
Papalia Diane E. (1987) Psicología Ed. McGraw Hill México
Pérez, G. (2011) Recopilación de artículos y ensayos para desarrollar un protocolo de investigación. CEPCM: México
Pizarro de Zulliger Beatriz (2003) Neurociencia y educación Ed. La Muralla España
Puente Ferreras Aníbal (2003) Cognición y Aprendizaje. Fundamentos psicológicos.2da.ed. Ed. Ediciones
Smith Ronald E. et. al. (1984) Psicología: Fronteras de la conducta 2da. ed. Harla México
Sperling, Abraham P. (1976) Psicología simplificada SELECTOR México
Swartz Paul (1966) Psicología del estudio de la conducta Ed. Cecsa México
Whittaker, James O. (1976) Psicología 2da. Editorial Interamericana