Samuel Quispe Alvarado
Consultor REDEM – Perú
Estudios realizados periódicamente por la UNESCO, en materia de Educación, vienen arrojando resultados calamitosos para muchos de los países eufemísticamente llamados “en vías de desarrollo”, a tal punto que en el Perú el Gobierno se vio obligado a declarar a la educación en Estado de Emergencia. (DECRETO SUPREMO Nº 029-2003-ED, Lineamientos del “Programa Nacional de Emergencia Educativa 2004”)
Los resultados obtenidos, en dicho estudio, en asignaturas fundamentales tales como Matemática o Comunicación, han puesto en evidencia algunos vacíos y deficiencias existentes en el sistema de la Educación Peruana. Sin embargo, los problemas detectados no se circunscriben únicamente al plano de la comunicación escrita sino que se extienden incluso al de la comunicación verbal, lo cual es gravísimo si se tiene en cuenta que la comunicación entre los seres humanos se da principalmente a través de la vía oral.
Dichos resultados, como consecuencia lógica, nos llevan a un cuestionamiento no solamente del plan curricular que el Estado ha venido diseñando para los niveles de educación primaria y secundaria, sino también de aquel que sirve de base para la formación de profesionales en la educación superior.
En este sentido, un somero examen de la realidad en las universidades fácilmente nos hará ver que carreras profesionales como Educación, Ciencias de la Comunicación, Administración, Derecho, Ciencias Políticas, Enfermería y otras, no contemplan un curso de ORATORIA como curso de línea dentro de su malla curricular, a pesar de que se sabe que el ejercicio de estas carreras, por su naturaleza, demandará un permanente contacto entre el profesional y públicos diversos. Contadas escuelas ofrecen esta materia como curso electivo, propiciando así que el estudiante elija dentro de su abanico de posibilidades, por diversas razones, cualquier otro curso de arte, menos Oratoria, pues ésta aún es vista como un curso “temible”, “nada atractivo” y que no vale la pena pues no es más que “El arte de la palabra” o “El arte de hablar ‘bien’ en público”, lo que para el prejuicio popular equivale a “charlatanería”.
Hace falta, pues, iniciativas responsables orientadas a la introducción, en la malla curricular, de por lo menos un curso de Oratoria, como curso de línea. Pero estamos hablando de una articulación basada no solamente en las prescripciones del arte sino, también, en las conclusiones de ciencias como la Lingüística y la Sicología de Masas; un curso con enfoque de desarrollo de competencias, o, por lo menos, de habilidades para la comunicación oral; un curso de resultados prácticos, como los que se vienen obteniendo en el Centro Cultural Vía Líder (Trujillo, Perú), a lo largo de algo más de 15 años, en base al método de la Oratoria Dinámica.
En las instituciones educativas de nivel primario y secundario, no hay razón o pretexto para quedarse atrás. En este campo, la formación mientras más desde más abajo, tanto mejor. El ideal es alcanzar el objetivo de hacer de nuestros alumnos personas capaces de comunicarse –como dice uno de los postulados de la Oratoria Dinámica– con desenvoltura, donde sea, cuando sea y ante quien sea.
Sabido es que la comunicación entre los seres humanos es un problema que presenta varias aristas y las más agudas de ellas suelen presentarse en el plano de la comunicación oral, con tantos o más meollos que en la comunicación escrita, lo cual es sumamente grave dado que la comunicación entre los seres humanos se da principalmente a través de la vía oral; la vida cotidiana así nos lo demuestra: exposiciones en clase, clase magistral, sustentaciones de tesis, proyectos, charlas a usuarios de un servicio, atención a clientes, discursos de cumpleaños, inauguraciones, debates políticos, religiosos, comunicación familiar, etc.
Si se mira objetivamente a la realidad, lo primero que suele encontrarse es algo así como una liviandad en el uso del idioma en la comunicación coloquial –lo cual conduce a su inevitable degeneración y a la dificultad para el desarrollo de los procesos del pensamiento, toda vez que el lenguaje es su medio de expresión– y una timidez enfermiza, con los consiguientes problemas sicológicos de inhibición, cuando se trata de la comunicación en público. Pero no es éste el único problema; a esto hay que agregar la frecuente presencia de voces anómalas (o, por lo menos, inapropiadas o no entrenadas para una eficiente comunicación), así como la incorrecta dicción, resultado de los malos hábitos idiomáticos en nuestro medio. Todo esto dificulta el desarrollo de una comunicación eficaz, por tanto, es un meollo para el desarrollo armonioso e integral de las personas y, por ende, de la sociedad.
Se ha dicho que el nuevo profesional del nuevo siglo, deberá desarrollar competencias, por lo menos básicas, en tres áreas fundamentales, pilares del desarrollo personal y social en los nuevos tiempos: Computación (por el pasmoso despliegue de la tecnología en la vida personal y social), Inglés (como idioma extranjero predominante en el mundo globalizado) y Oratoria (en tanto el ser humano siempre será lo que es: un ser que privilegia la vía de la comunicación verbal por sobre todas las demás). Entonces, cabe a la universidad, a través de sus distintas escuelas, desarrollar propuestas que pongan en juego una diversidad de métodos, procedimientos y técnicas de enseñanza de materias como la Oratoria, tal que signifiquen una contribución efectiva a la solución de los mencionados problemas, para bien de las personas, la sociedad y el país. Y las instituciones educativas de nivel primario y secundario deben tomar sus previsiones para no quedarse rezagadas.
Una propuesta seria en este sentido, debe contemplar con claridad los objetivos del curso, los cuales, según nuestro entender y de acuerdo con nuestra realidad, deben ser los siguientes:
OBJETIVOS GENERALES
Conocer las fuentes del temor oratorio y la agorafobia, y lograr la desinhibición total durante la presentación en público.
Desarrollar una voz y una dicción apropiadas para hablar ante personas, grupos o multitudes.
Conocer y dominar las técnicas del discurso, la disertación y la maestría de ceremonias.
Conocer y dominar las técnicas del debate y la entrevista, y la aplicación de la retórica en el discurso.
Generar las condiciones para el desarrollo de la automotivación, el liderazgo personal y el mejoramiento de las relaciones humanas.
Un buen curso de Oratoria debe estar orientado a la formación de un perfil de orador dinámico en el participante, dotando a éste de las siguientes características:
Desinhibido, capaz de hablar en público donde sea, cuando sea y ante quien sea; capaz de comunicarse con decoro y eficacia, y haciendo arte con la palabra.
Dotado de autoconciencia y de una identidad integral, con conciencia de sí y para sí; plenamente identificado y comprometido con el desarrollo de su sociedad y su país.
Participativo y dinámico, creativo, profusamente motivado para perseverar en sus metas y conquistar el éxito.
Reflexivo y con positivo sentido crítico, capaz de analizar objetivamente su problemática, en busca de las mejores soluciones.
CARACTERIZACIÓN DEL CURSO
• En general, busca desarrollar las capacidades de expresión y comunicación verbal, el potencial creativo y la sensibilidad estética del participante.
• En particular, desarrolla una acción educativa basada en la capacidad natural del ser humano para la comunicación oral y en su potencial innato para hacer arte con la palabra, considerando al estudiante como una unidad biosicosocial.
• Es de naturaleza teórico-práctica, con especial énfasis en la práctica, partiendo del principio de que sólo la práctica forja al orador; por tanto, asume plenamente el postulado de la Escuela Activa: “aprender haciendo”.
• Fija objetivos de corto, mediano y largo plazo, estableciendo prioridades en función de la carga horaria asignada al Curso.
• Busca, a largo plazo, contribuir al desarrollo social generando las condiciones para que cada participante descubra su potencialidad para el liderazgo.
• Contribuye a la buena Imagen de las instituciones educativas, mediante su aporte a la formación de profesionales dotados de todas las herramientas necesarias para lograr el éxito.
Con todas estas ideas, y con el aporte de otros profesionales del ramo, bien podríamos estar ante el inicio de una corriente de opinión que lleve a los gobernantes, en el futuro, a plasmar la enseñanza de la Oratoria en el sistema educativo oficial como una hermosa realidad.
Ideas conexas en:
https://ccvialider.blogspot.com/
www.oratori1.wix.com/vialider
https://www.gestiopolis.com/administracion-estrategia-2/la-oratoria-en-el-desempeno-profesional.htm
1 comentario
Buena publicación. Gracias. No tenía una idea clara de cómo enfocar mis objetivos para planificar un curso de Oratoria.