Durante siglos estas bibliotecas fueron un foco de sabiduría. Hoy su visita proporciona el doble placer de admirar tesoros literarios y edificios artísticos.
SANKT GALLEN, SUIZA
Sala barroca de la biblioteca de Sankt Gallen, abadía suiza fundada en el año 613. Desde el siglo VIII la biblioteca aloja numerosos manuscritos que a día de hoy alcanzan 170.000 ejemplares, muchos de ellos están expuestos en la sala que aparece en la imagen. En 1983, la Abadía fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
MONASTERIO DE STRAHOV, CHEQUIA
El monasterio, situado en la ciudad de Praga (Chequia), fue fundado en el siglo XII. El fondo de esta biblioteca del siglo XVII se reparte entre las salas Teológica (en la imagen) y Filosófica. El estucado del techo de la sala Filosófica data de la segunda mitad del siglo XVII y es de estilo barroco.
BIBLIOTECA NACIONAL DE FRANCIA
Fue fundada en 1792 y está ubicada cerca del centro de París, junto al Sena. Alberga más de 13 millones de volúmenes y cumple el objetivo de almacenar, mantener y dar a conocer el patrimonio cultural escrito de Francia. La sala oval que aparece en la imagen es obra de Pascal y fue construida en 1932.
UNIVERSIDAD DE COIMBRA, PORTUGAL
La biblioteca Joanina, instalada en la Universidad desde 1717, destaca por la gran belleza ornamental. De estilo rococó, el archivo de esta biblioteca portuguesa reúne alrededor de 70.000 volúmenes y sus tres salas están conectadas mediante tres arcos decorados con una gran riqueza de motivos y colores. La única parte que se puede visitar es la planta principal, donde se encuentran la mayor parte de los volúmenes.
TRINITY COLLEGE, IRLANDA
La Long Room del Trinity College de Dublín es la sala principal de la Biblioteca Antigua, mide 65 metros de largo y reúne en sus estanterías 200.000 libros de los más antiguos que alberga toda la biblioteca. El largo corredor está decorado con bustos de mármol que representan filósofos, escritores y personalidades que apoyaron la creación de la biblioteca. Uno de los que más peregrinos atrae es el de Jonathan Swift.
BIBLIOTECA VATICANA
El papa Nicolás V la fundó en 1448 con 350 códices griegos, latinos y hebreos. Actualmente, se halla en la Ciudad del Vaticano y alberga más de un millón y medio de ejemplares, entre los cuales destaca uno de enorme valor: el manuscrito más antiguo de la Biblia, el Codex Vaticanus.
ABADÍA DE MELK, AUSTRIA
En esta ciudad austríaca y sobre un promontorio con vistas al Danubio, la abadía de Melk fue fundada en el siglo XI. Al poco tiempo, se inauguró una escuela y seguidamente la biblioteca ya en siglo XII. Pronto alcanzaría la fama gracias a la gran calidad de los manuscritos copiados. Hoy en día tiene una de las mayores colecciones de manuscritos medievales y otra muy importante de manuscritos musicales.
MONASTERIO DEL ESCORIAL, MADRID
El Monasterio del Escorial de Madrid alberga en su Real Biblioteca de estilo renacentista una gran cantidad de volúmenes que destaca por la variedad de lenguas. El Salón Principal o de los Frescos —por las pinturas que decoran el techo y las cornisas—, mide 54 metros de largo y su estructura está inspirada en la biblioteca Laurenziana que diseñó Miguel Ángel, en Florencia.
BIBLIOTECA BODLEIANA, REINO UNIDO
Instalada en la circular Cámara Radcliffe, es una de las pioneras del Reino Unido, inaugurada en 1602. Forma parte de la Universidad de Oxford y todo lector que entra en ella debe hacer un solemne juramento según el cual no marcará, no dañará, ni modificará ningún ejemplar de la biblioteca. En la imagen, la biblioteca del duque Humfrey, un espacio en el que reina el silencio y que se puede usar como sala de estudio.
Las bibliotecas de la Antigüedad eran santuarios que custodiaban crónicas históricas, escrituras sagradas, tratados de ciencia o textos secretos. Como faros del saber brillaron las de Ugarit (XII a.C.), Asurbanipal (VII a.C.), Alejandría (III a.C. ) o Pérgamo (II a.C.). Por desgracia la mayoría desaparecieron junto a sus valiosos fondos, pero su testigo fue recogido por abadías y monasterios que en el medievo recopilaban y reproducían manuscritos. Al surgir las colecciones privadas, muchas dieron origen a edificios creados específicamente para ellas.
La visita a bibliotecas como las seleccionadas permite deambular por salas maravillosas y deleitarse con colecciones únicas y joyas como el Libro de Kells (Dublín), escrito e ilustrado por monjes el año 800, o el Codex Vaticanus (1209), el más antiguo manuscrito de la Biblia que se conserva en el Vaticano, donde existe un Archivo Secreto con 150.000 volúmenes.
Fuente: nationalgeographic.com