Edith Gómez Benítez
Consultora REDEM – España
Se dice que estamos viviendo una gran revolución tecnológica en la sociedad y que va a todo gas, sin freno: nuevos smartphones y dispotivos inteligentes como los wearables (smartwatches, gafas inteligentes e incluso existen bikinis que te avisan cuando los rayos de sol te están haciendo daño). Todo está conectado a Internet.
Pero además, los libros de textos también están viviendo un cambio. La llegada de nuevos dispositivos digitales al mercado ha favorecido el desarrollo de los libros de texto digitales, que probablemente sustituyan un día no muy lejano a los libros impresos.
Los que están totalmente en desacuerdo con la desaparición de los libros impresos, afirman que todo son contras. A continuación, desmontaremos sus teorías y argumentaremos por qué el libro digital es una opción adecuada para las escuelas:
- Los libros digitales son iguales que los libros de texto en papel pero la única diferencia es que se pueden consultar a través de un ordenador o tableta.
La web ofrece numerosos recursos educativos y no aprovechar esto, trasladando los libros a la pantalla, sería un error.
Además, los libros digitales presentan numerosas opciones que los diferencian de los impresos y son: incluyen material multimedia, son interactivos, personalizables para el profesor, facilitan el trabajo colaborativo (todos pueden aportar conocimientos) y están en constante actualización.
- Los libros digitales pueden distraer más al alumno al tener acceso a Internet
Este es uno de los temores del profesor. Que el alumno se aburra o que sea una clase pasiva, eso puede incitar al niño a navegar por otros sitios y a distraerse de la clase. Pero esto se puede evitar si se anima al alumno a tener un papel activo en clase. ¿Cómo? Existen varias metodologías para ello como:
- El aprendizaje por proyectos, donde mediante la elaboración de proyectos adquieren competencias y conocimientos claves.
- El aprendizaje colaborativo, donde el profesor les plantea actividades y los alumnos en grupo tienen que resolverlas.
- La pedagogía inversa o flipped clasroom, que consiste en que el alumno se prepara la teoría en casa y si tienen dudas, las anota para consultarlas al profesor, y la parte práctica se realiza en clase.
- Se estudia mejor con un libro en papel
Se tiende a creer que memorizamos mejor con un libro de papel. Pero, ¿es esto cierto? ¿O simplemente es a lo que estamos acostumbrados desde pequeños y no hemos visto otra cosa?
Sin embargo, los libros digitales incluyen muchas imágenes, recursos visuales (gráficos y vídeos) que potencian un aprendizaje más significativo, basado más en la comprensión y no tanto en la memorización.
Y otro dato curioso que quiero compartir con vosotros es que los disléxicos leen con más facilidad los textos digitales, ya que pueden aumentar el tamaño de la letra con los dispositivos electrónicos.
- Los niños no pueden tomar notas en el libro, ni subrayarlos
Eso no es cierto. Los libros digitales ofrecen la posibilidad al alumno de subrayar y anotar (de forma digital), con la opción de borrar si se equivocan.
Cualquier curiosidad que el profesor cuente en clase o información extra, pueden anotarla en el libro de texto digital.
Una de las grandes ventajas en este punto es que de esta forma el alumno no tendrá que llevarse una libreta para anotar lo que quiera, podrá hacerlo directamente en la tablet u ordenador. Aunque, esto no impide que si el alumno quiere llevarse una libreta porque le resulta más cómodo, pueda hacerlo.
- Tienen un coste más elevado
Es cierto que los libros digitales son más caros en el sentido de que hay que comprar un ordenador o una tableta. Pero a la larga, es rentable.
Además, si tenemos en cuenta que estas herramientas son claves para encontrar trabajo y para desenvolverse en uno, la inversión en estos dispositivos vemos que es necesaria.
Asimismo, podemos decir que estos dispositivos, junto con los libros digitales y todos los recursos que existen en Internet son esenciales para que el alumno desarrolle su competencia digital, tan importante para el futuro laboral, lo cual aporta autonomía e independencia en el aprendizaje del individuo.