El dictado tiene numerosos beneficios. Desde la adquisición y práctica de habilidades motrices, hasta el reconocimiento de letras y palabras. Por eso, es importante ejercitarlo de manera frecuente.
Reconocimiento de letras, vocabulario, memoria, comprensión… estos son solo algunos de los beneficios de usar los dictados en clase. Pero para la mayoría de los niños, se trata solo de escuchar palabras y escribirlas. Por eso, en ocasiones, el dictado no forma parte de los ejercicios más entretenidos.
Por fortuna, existen formas de conquistar a los niños proponiendo algunas variantes para que este ejercicio sea más divertido. Desde la psicolingüística, este ejercicio comunicativo se plantea como motivador del pensamiento complejo dialógico y además ayuda a distinguir diferentes actitudes de la lengua escrita y oral. Quédate hasta el final para que aprendas nuevas formas de hacer dictados.
¿Para qué sirven los dictados?
Los dictados forman parte de las estrategias de enseñanza presentes en las aulas desde hace mucho tiempo. Se emplean para que los niños practiquen las letras del abecedario tanto al escribir como al identificar sus sonidos.
De igual manera, para que desarrollen habilidades de motricidad con la escritura a mano y para que ejerciten la ortografía, fijen la atención, entrenen la memoria, entre otras. Al ser una actividad tan completa, es una de las más habituales en los primeros años de escolaridad.
Sin embargo, y quizás lo tengas como un recuerdo compartido, cuando la maestra daba comienzo a la clase diciendo «hoy hay dictado», aparecía más de una emoción. «¡qué difícil!», «¡qué aburrido!», entre otras tantas expresiones. Por eso, para evitar que los chicos se aburran o no quieran practicar, a continuación encontrarás algunas variantes para hacerlos más entretenidos.
¿Cómo hacer que los dictados sean más divertidos?
Desde el uso de juegos interactivos hasta la incorporación de elementos creativos, descubrirás cómo convertir esta práctica en un momento alegre y enriquecedor. Algunas sugerencias que puedes combinar con los dictados para que sean más amenos son las siguientes.
1. Emplea canciones de sus dibujos o personajes favoritos
De esta manera, si bien el foco está puesto en cumplir con el dictado, también despiertas en los niños otras emociones positivas sobre la consigna, ya que recordarán algún episodio de su serie preferida y así estarán más motivados a prestar atención y escribir.
2. Invierte los roles
Otra forma de asegurarte de que los chicos identifiquen las letras que están leyendo y practiquen la lectura en voz alta, es pedirles que sean ellos quienes te dictan una oración. Puedes ir seleccionando a un «encargado» por oración, hasta asegurarte que todos hayan cumplido con ese rol.
Como variante de este ejercicio, también puedes proponer que trabajen de a dos: uno de los niños le dicta al otro lo que debe escribir y luego cambian el rol. De este modo, también aprenden a trabajar de manera colaborativa.
3. Sorteo de dictados
Para introducir un poco de sorpresa y diversión al dictado, puedes emplear una «caja mágica de dictados» o «la máquina de los dictados» (¡busca un nombre que suene entretenido!). Esta caja contiene papeles con oraciones breves que se sacan al azar.
Incluso, si quieres que el ejercicio involucre aún más a los niños, puedes tomarte algún momento de la clase y crear una historia de la «máquina» de los dictados. Decirles que se alimenta de historias y oraciones, por lo tanto, cada alumno debe escribir en un papel una oración para darle de comer a la máquina. Luego, serán esas mismas oraciones las que se van compartiendo.
Si quieres orientar aún más la escritura, puedes estructurar o definir un poco más la consigna. Por ejemplo, si esa semana estuvieron aprendiendo palabras con las letras «c, m, b», puedes pedirles que creen una oración en donde se incluyan las nuevas expresiones aprendidas.
4. Combinado de dictados con pregunta y respuesta
Otra forma de practicar con los niños es haciendo que el dictado se estructure como una pregunta que deben responder. De este modo, practican tanto el dictado como la reflexión, imaginación, memoria, etc. Algunas de las preguntas que pueden servir son las siguientes:
- ¿Cuál es tu película favorita? Aquí también se puede preguntar por deporte, personaje, juego, color, cuento, etc.
- ¿Qué fue lo mejor que hiciste en las vacaciones?
- ¿Cuáles son los nombres de tus hermanos? También pueden ser primos, vecinos, abuelos, etc.
Esta alternativa también puede sugerirse para la «máquina de los dictados» cuando se acaban las oraciones escritas por los mismos estudiantes. O bien, si existe la posibilidad de trabajar de manera coordinada con los padres. En la clase pueden tener una «máquina» con las oraciones escritas por los niños y en casa practicar las preguntas.
5. Combo de dictados: dictados y algo más
Otra de las propuestas para dinamizar esta actividad es sugerir a los alumnos que los dictados vienen en un «combo». Es decir, primero se realiza el dictado y luego tienen 5 minutos para realizar, todos juntos, una actividad que les guste. Por ejemplo, dictado y baile, dictado y dibujo, dictado y cantar canciones, entre otros.
Por ejemplo, para que la clase no se desordene, puedes empezar la semana eligiendo, entre todos, cuáles serán esas 5 actividades y, en el día del dictado, eligen una de las opciones.
Recomendación extra
Si bien estas son propuestas para que los dictados sean divertidos, se pueden ir alternando con los dictados «tradicionales». Es decir, habrá días en que quizás no hay tiempo para dedicarle a otra actividad y entonces solo sea conveniente el dictado, pero invirtiendo el rol. Además, al introducir el ejercicio, es conveniente empezar con dictados cortos.
Variar el camino para llegar al mismo destino: el aprendizaje
El dictado es una de las herramientas educativas que se usa con mayor frecuencia tanto en la escuela como en el hogar para reforzar el aprendizaje. A algunos niños les parece un ejercicio divertido, mientras que para otros resulta más tedioso.
Por eso, sea en el rol de educador o en el de madre, se trata de buscar propuestas variadas para que este ejercicio sea más entretenido. Para eso, también es importante conocer al niño que tenemos en frente.
Por ejemplo, si es un niño curioso, quizás le resulte más atractiva la variante de las preguntas, ya que así puede conocer sobre la vida del otro. ¡Anímate a proponer caminos distintos para lograr el mismo resultado!
Fuente: Maria Fátima Seppi Vinuales / eresmama.com