Edith Gómez Benítez
Consultora REDEM – España
La educación finlandesa desde principios de este milenio se ha posicionado entre los primeros puestos del informe que realiza la organización PISA por sus siglas en inglés, que significan Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Ellos evalúan cada 3 años, el nivel de preparación que tienen los estudiantes dentro de asignaciones como la ciencia, la lectura o las matemáticas, entre otras.
El éxito del modelo educativo de esta nación se debe a diferentes factores que emplean con rigor porque saben que como país pequeño, y rodeado de potencias económicas como Rusia o Suecia, necesitan sacar provecho de lo que tienen; teniendo en cuenta que no poseen grandes recursos naturales, invierten sus esfuerzos en reforzar el conocimiento y la cultura de su capital humano para tener un lugar en la economía global.
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Si bien es cierto que importar este sistema educativo puede resultar un reto para otros países del mundo que no cuentan con las mismas características sociales o culturales que Finlandia; la verdad es que es posible logran implementar algunos elementos educativos que sí están al alcance de cualquier nación, para lograr mejorar la educación dentro de sus fronteras. Presten atención a las claves que les revelamos a continuación.
1: La igualdad en la calidad: Hay que destacar que la educación finlandesa es casi por completo pública, y sin ser uno de los países que más invierte en reformas educativas, logra un modelo de excelencia. Sin importar en que parte de la nación te encuentres, la calidad de la metodología y las instalaciones son igual de extraordinarias; esto porque saben que la importancia que tiene la igualdad para ayudar a todos a que se desarrollen de forma óptima.
2: Se educan en varios idiomas: Desde el jardín de infantes, hasta la universidad, los estudiantes tienen la opción de recibir el contenido académico no solo en finlandés, sino también en sueco; incluso pueden estudiar desde infantes el idioma natal del pueblo lapón que habita esta nación desde hace siglos.
El sistema educativo también se ve apoyado por los medios de comunicación, quienes en su mayoría transmiten programas en inglés pero siempre subtitulados; para así estimular el proceso de lectura de los más jóvenes e incentivar su interés por ese lenguaje universal. Otra conducta muy arraigada en su cultura es la lectura de diarios de noticias, actitud que se les inculca desde muy jóvenes y que luego en la adultez practican con placer.
3: Detectan las afinidades desde temprana edad: A diferencia de otros modelos educativos destacados del mundo como el japonés por ejemplo que se basa en su sistema más competitivo; el finlandés busca por sobre todo la igualdad también dentro de las aulas de clases, por lo que no se le otorga más notoriedad a una asignación por sobre las demás.
Lo único en lo que sí separan por grupos a los niños es según sus afinidades, el sistema educativo está diseñado para detectar las habilidades de cada quien para trabajarlas con similares. Si los infantes se interesan por el deporte o el arte, se les motiva para que desarrollen esas afinidades.
4: La calidad del profesorado: En Finlandia ser educador supone un gran honor porque no todos tienen la capacidad de ejercer esta profesión. Si bien el sueldo de los profesores no es muy diferente al resto de Europa, la calidad de preparación y el estatus social que les agrega ese título sirven de incentivos suficientes para que cualquiera desee dedicarse a educar.
Para acceder a esta carrera dentro de las universidades solo lo consiguen aquellos alumnos que cuenten con un promedio superior a 9 puntos de 10; además se les hacen entrevistas para conocer sus habilidades comunicativas o si tienen otros intereses o aptitudes para el arte, la ciencia o los deportes. También, sin importar el nivel en el que vayan a dar clases, los profesores deben contar con una maestría en educación.
5: El cómo evalúan: El modelo educativo finlandés no cree en evaluaciones numéricas que puedan suponer una desigualdad entre el alumnado; desde que comienzan su educación a las 7 años, los niños solo reciben incentivos para mejorar y solo cuando llegan a los 11 años, en que comienzan a recibir calificaciones cuantitativas.
Otra característica fundamental de este modelo es que atienden las necesidades especiales de aprendizaje de los niños desde edades muy tempranas, para dotarlos de herramientas que los ayuden a sobrellevarlas. Además se esmeran por completar los deberes dentro del aula, no en el hogar, para que los jóvenes puedan invertir su tiempo en actividades extracurriculares.
3 comentarios
Muy interesante el artículo. Soy docente y quisiera tener experiencia como tal en Finlandia.
Soy profesor de ciencia política a nivel de pregrado en la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá y me interesan particularmente los temas relacionados con la pedagogía apropiada para enseñar ciencias sociales a estudiantes de pregrado universitario
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