Los tiempos cambian y, con él, también las formas de enseñanza. En este post te contamos cuáles son las tendencias educativas para el futuro.
¿Cuáles son las 4 tendencias educativas para el futuro que tus hijos necesitarán para desenvolverse?. Como padres, cuando nos preguntamos por el porvenir de nuestros pequeños, generalmente lo relacionamos con la escuela. Por eso, a continuación te contamos cuáles son las tendencias educativas que se observan y se basan en algunos aspectos en común.
1. Habilidades sociales
Aprender a convivir implica haber desarrollado habilidades sociales que permitan poder relacionarse adecuadamente en grupos, ya sea la familia, la escuela o el trabajo. Es importante conocerlas y desarrollarlas desde temprana edad para poder trabajar en equipo, expresar opiniones, pensamientos o deseos y respetar la sana convivencia.
Si lo vemos desde las neurociencias, desde épocas históricas, parte del desarrollo evolutivo, pues nos hemos formado para convivir en sociedad. Desde la época de las cavernas, el ser humano se ha desarrollado en busca del bienestar común y colaborado en acciones sociales. La relación con los demás es el éxito para que sobrevivamos, por lo cual es importante aprender estas habilidades. Cuanto más las practiquemos, mejor nos sentiremos.
2. Emociones
Es importante que ayudemos a que nuestros hijos, desde pequeños, logren identificar sus emociones para que puedan regularlas. Estas forman parte de nuestra vida diaria, por lo que definen la toma de decisiones, la relación con los demás y el actuar particular. De esa manera, nuestros hijos estarán en mejores condiciones para afrontar los retos y tolerar las frustraciones.
Podremos recordar alguna situación en la cual tuvimos control de las emociones y nuestra reacción permitió tomar la mejor decisión. Sin embargo, también hubo otras en la cual el impulso nos ganó y los resultados no fueron los más acertados. El neurocientífico Eduard Punset nos recuerda que entre los 4 y los 10 años hay que activar los afectos en los niños para que tengan la curiosidad intelectual necesaria. Pero, ¿cómo hacerlo si no reconocemos las emociones?
Lo ideal es comenzar por identificar la alegría y qué actividades o situaciones de la vida cotidiana nos hacen sentir alegres. Las neurociencias nos han demostrado que debemos hablar de un cerebro afectivo y cognitivo. Esto se debe a que, gracias a los avances científicos, podemos afirmar que las emociones juegan un rol fundamental en nuestra vida, y muy en especial en los aprendizajes.
3. Creatividad e imaginación
Según Fuentes y Torbay (2004), la creatividad es indispensable tanto para el desarrollo personal, como para la capacitación y el éxito profesional. Se complementa con el hecho de reconocer que, en esta época en donde todo cambia de forma tan vertiginosa, la creatividad es fundamental para el desarrollo de la persona al favorecer su capacidad para responder a las necesidades individuales y sociales.
En estos tiempos, se requiere de personas creativas e imaginativas, que puedan idear elementos, herramientas y procesos para resolver problemas o necesidades colectivas. Para ello, se debe otorgar una mayor apertura hacia lo nuevo en favor de la sociedad en que se desenvuelve.
La creatividad es, para las neurociencias, la capacidad superior que promueve, crea y conserva la cultura. También, permite la transformación del entorno con un pensamiento flexible e integrador. Además, implica el más alto proceso cognitivo, pues requiere de información, razonamiento, resolución y otros que deban considerarse para poder crear algo nuevo y diferente.
4. Uso de las tecnologías
La revolución tecnológica que vivimos ha permitido llamar a los niños «nativos digitales». Esto significa que nacieron en un mundo en el que estamos conectados para realizar tareas que antes no habíamos imaginado. Es decir, que se usan diferentes dispositivos tecnológicos para realizar transferencias bancarias, compras en línea, comunicaciones, estudios, consultas médicas o trabajo en casa, entre otras.
Enseñar y aprender de forma personalizada
Estas tendencias educativas para el futuro podrán ayudar a que, desde la familia y la escuela, se pueda trabajar en la formación del bienestar emocional, personal y social de los niños. Es importante enseñar y aprender de manera personalizada, que se respete el propio ritmo del pequeño y que, desde sus propias habilidades, se potencien las mismas. También, hay que propiciar aulas inteligentes o espacios que favorezcan el uso de las tecnologías.
El futuro no se define como el tiempo en unos 50 o 100 años, sino que todo es relativo. De hecho, se trata del tiempo que sigue y este es el mañana. Entonces, cuanto antes ayudes a tu hijo, podrás promover diálogos, confianza, libertad y amor en tu hogar, así como identificar un colegio que favorezca estas tendencias educativas para el futuro. Finalmente, recuerda que en todos estos entornos sociales se requiere de un cerebro emocional, social, creativo y cognitivo.
Fuente: Nadia Yépez Suarez / eresmama.com